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sobre todo, los mismos creyentes , lo cual favoreció a la creación de monasterios o congregaciones
apropiadas. Monjes o religiosos , en su mayoría hijos de familias ricas , dedicados a la filantropía y
la fe, seguidores de una vida austera que reducía al mínimo las necesidades físicas de una disciplina
personal interior , logrando además de una gran nobleza , grandísimos conocimientos .
Solo esta casta sacerdotal podría lograr el suficiente tiempo libre, necesario para el cultivo
intelectual. Mientras que los laicos: campesinos, artesanos, o guerreros, estaban totalmente
absorbidos por las tareas materiales vitales.
En cambio , en los claustros se quedaban personas que renunciaban a formar una familia, a vivir
a su antojo, y así tenían tiempo para aprender a leer y escribir, estudiaban en latín, y copiaban
manuscritos. Conocían la literatura antigua, la teología y el derecho, dibujaban, pulían, edificaban,
y cantaban. La expansión monacal coincidió con las épocas más duras de la edad media:
monasterios benedictinos en tiempos de las invasiones, reforma cluniacenses en el momento de las
devastaciones normandas, reforma cisterciense en plena anarquía feudal. Gracias a los
monasterios, pudieron constituir sociedades y no solo conservar su ideal, sino dar un gran ejemplo
de ellos. A los laicos les suministraron modelos, consejeros, educadores y libros. Entre ellos , los
Carolingios , auxiliares indispensables para la reforma que deseaban realizar . Los clérigos
repetían infatigablemente a los reyes que su deber consistía el de imponer la paz en la justicia, y
fueron algunos de los agentes más activos de la restauración de un poder político capaz de lograr el
orden, es decir , proporcionar seguridad a los campos y caminos, al trabajo forzado y las
transacciones imperialistas. Entonces los hombres podían obtener más de lo necesario de su labor,
el comercio se recuperaba, la alta sociedad se enriquecía, alcanzaba el ocio suficiente para hacer
que refloreciera una civilización secular, nacida de la abundancia y no de la austeridad que
caracterizaba a la mayoría popular. La Paz Carolingia venia acompañada de un primer
renacimiento, detenido o adormecido, por las invasiones normandas (Vikingos).
El siglo XII fue testigo de un segundo renacimiento prolongado y que alcanzo todas las áreas:
jurídico, literario, artístico, económico. La cristiandad repoblada comenzó a cultivar los campos ,
disecó los pantanos, fundó nuevas villas en Europa , creó la industria y el comercio y dio la
actividad económica un impulso que muy rara vez se ha igualado; retomó el derecho romano,
elaboró el derecho canónico , invento las canciones de gesta, perfeccionó el Vitral; descubrió la
ojiva, que habría de revolucionar la arquitectura del estilo francés, que nosotros llamamos Gótico.
Los manuscritos que en la tradición Mágica se consideran Fuentes de conocimiento, son
traducciones medievales al francés, al ingles , y al latín , de originales hebreos antiguos ( las
Claviculas de Salomón) , así como grimorios (el Arnadel, por ejemplo) copiados a mano por
diversos monjes a pedido del Papa Honorio . O incluso escritos inspirados en esa época como es el
caso de El Libro de Habramelim, (traducido por Mc Gregor Mathers), el cual ya hace referencia el
propio Flamel en sus escritos.
El nacimiento del Oscurantismo de la época, ocurrió ante el inminente cambio de milenio, en los
alrededores del año 1000 dc. Un inmenso pánico fue provocado por la proliferación de leyendas
apocalípticas que tergiversaban los textos Bíblicos. Un milenio hacia , según rezan los Evangelios,
que Jesús había nacido en el portal de Belén, por lo que según la creencia popular cristina , se
acercaba el fin del primer milenio. El pánico que se apodero de Europa provenía de la fe y la
creencia, dado que el mundo habría de durar tantos milenios como días empleo Dios en su