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PENTATEUCO
Para adorar, la gente necesitaba estar preparada. Había algunos actos de desobediencia, algunos actos naturales, tales como el parto, la menstruación, o el sexo; o algunos accidentes, tales como tocar un cuerpo muerto o enfermo; que harían a una persona ceremonialmente impura y por lo tanto impedida de participar en la adoración. Esto no implicaba que hayan pecado o fueran rechazadas por Dios, pero aseguraba que toda adoración fuera hecha decentemente y con orden.
Este capítulo describe muchas de las situaciones intencionales o accidentales que podrían descalificar a una persona de la adoración hasta que fuera “purificada” o rehabilitada.
Leyes acerca de la lepra (Levítico 13)
Lepra, llamada aquí “llaga de lepra” es un nombre que se aplica a varias enfermedades de la piel, y en los tiempos bíblicos se le temía grandemente. Algunas de estas enfermedades, a diferencia de la enfermedad que hoy en día se llama lepra o enfermedad de Hansen, eran sumamente contagiosas. Las peores destruían el cuerpo lentamente y, en la mayoría de los casos, eran fatales. Los leprosos eran separados de su familia y amigos y eran confinados a lugares alejados del campamento. Como los sacerdotes eran responsables de la salud del campamento, era su deber expulsar y readmitir leprosos. Si la lepra de alguno parecía desaparecer, sólo el sacerdote podía decidir si esa persona estaba verdaderamente curada.
En la Biblia se usa a menudo la lepra como una ilustración del pecado porque es contagiosa, destructiva y conduce a la separación.
Un leproso tenía que llevar a cabo este extraño ritual para prevenir que los demás se le acercaran demasiado. Ya que a menudo la lepra descrita en Levítico era una enfermedad contagiosa, era muy importante que la gente permaneciera alejada de aquellos que la padecían.
Los pasajes de Levítico 13 y 14 se dedican a la lepra: la descripción de sus síntomas y señales, el procedimiento para diagnosticarla, el diagnóstico diferencial, los preceptos y las leyes para los enfermos y, por último, la descripción del complicado ceremonial para la purificación y limpieza. El ceremonial purificador se especifica con todo detalle y se señala que lo realizaba el sacerdote, quien combinaba las funciones de médico y legislador.
La víctima tenía que habitar fuera del campamento; es decir, lejos de las casas de la 51


































































































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