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LUNES
El 7 de octubre, cuando la guerrilla llevaba jer. “Venimos pasando, cazan-
11 meses en Bolivia, el Che escribió en su do monos y loros para comer”,
comentó Ernesto Guevara,
diario: “Una vieja, pastoreando sus chivas, que había llegado a Bolivia a
fines de 1966, plena Guerra
entró en el cañón en que habíamos Fría, para crear un foco gue-
acampado y hubo que apresarla. rrillero con la idea, nunca con-
firmada, de llevar su lucha a
La mujer no ha dado Argentina, o bien para crear
ninguna noticia columnas que se esparcirían
hacia el resto de Sudamérica
fidedigna sobre los o para liderar una “escuela de
guerrillas”. En cualquier caso,
soldados. a esa altura el Ejército bolivia-
no, en pleno régimen del gene-
AUTOR: ral René Barrientos, lo tenía
prácticamente cercado.
Alejandro Tapia, Esta campesina cuenta
enviado especial a La que los huevos que con tan-
Higuera, Bolivia/La Tercera to ahínco preparó para su es-
de Chile poso se los terminó dando al
Che, quien le pidió agua para
lavarse las piernas. “Su carne
CHILE.
“Venimos
l 8 de octubre de pasando, cazando
1967, Ernesto Gue-
vara fue capturado monos y loros para
Epor el Ejército de Bo-
livia, después de su infructuo- comer”, comentó
so intento de concretar una Ernesto Guevara,
guerrilla en ese país. Cam-
pesinos que dialogaron con el que había llegado
Che, el capitán que lo captu-
ró, el último sobreviviente bo- a Bolivia a fines de
liviano del grupo armado, la 1966, plena Guerra
enfermera que lavó su cuerpo
y otros testigos cuentan a La Fría, para crear un
Tercera cómo fueron sus últi-
mas horas. foco guerrillero
Todo el pueblo, en el Abra con la idea, nunca
del Picacho, había escucha-
do los rumores: en esta zona, confirmada, de
enclavada en el valle bolivia- llevar su lucha a
no, unos extranjeros estaban
enfrascados en una guerra de Argentina
guerrillas. Pero ese 26 de sep-
tiembre de 1967, nadie esta-
ba para cuentos, sino que pa- se estaba pudriendo. Se ha la-
ra festejar a la Virgen de las vado bien”, señala. Luego, en
Mercedes. La fiesta llevaba lo que sería la última “cele-
varios días y el esposo de Ma- bración” de la guerrilla, el Che
ría Barón Espada, una cam- terminó bailando Atá tu pe-
pesina de 25 años, estaba con rrito, del folclor boliviano, con
una tremenda resaca (cha- la lugareña Erlinda Galeán.
qui). Por eso, aquella mañana, Los últimos días Se les ofreció chicha, pero los
alrededor de las 8.00, la mujer guerrilleros no quisieron.
le preparó cuatro huevos pa- Alrededor de las 10.00, el
ra intentar revivirlo. Pero en Che y su columna enfilaron
eso comenzaron a desfilar va- hacia La Higuera. Pero el pue-
rios guerrilleros enfrente de blo, de unas 15 casas, estaba
su casa, de adobe y arriba del vacío. Corría el rumor de que
monte. Uno de ellos le llamó del Che, a 50 años
los guerrilleros mataban a los
especialmente la atención y le hombres y violaban a las mu-
preguntó quién era. “Yo soy el jeres. “Lo mirábamos por el
Che Guevara, soy médico, y si hueco de las puertas, pero no
me dejan en paz puedo curar sabíamos que era el Che. Es-
a la gente de aquí”, respondió. tuvieron media hora y el Che
María Barón, ahora de 75 no charló con nadie. Teníamos
años, sigue viviendo en el miedo”, recuerda Irma Rosa-
Abra del Picacho, un case- de su muerte do Carrizales, en su pequeño
río justo encima del poblado local de abarrotes en La Hi-
de La Higuera, en el depar- guera.
tamento de Santa Cruz. “¿De Ese mismo día, la guerrilla
dónde viene?”, insistió la mu- sufrió tres bajas y no tuvo más