Page 18 - EDICION-TIEMPO- 02-10-17
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         El 7 de octubre, cuando la guerrilla llevaba                                                                                jer. “Venimos pasando, cazan-
        11 meses en Bolivia, el Che escribió en su                                                                                   do monos y loros para comer”,
                                                                                                                                     comentó Ernesto Guevara,
        diario: “Una vieja, pastoreando sus chivas,                                                                                  que había llegado a Bolivia a
                                                                                                                                     fines de 1966, plena Guerra
        entró en el cañón en que habíamos                                                                                            Fría, para crear un foco gue-
        acampado  y hubo que apresarla.                                                                                              rrillero con la idea, nunca con-
                                                                                                                                     firmada, de llevar su lucha a
        La mujer no ha dado                                                                                                          Argentina, o bien para crear
        ninguna noticia                                                                                                              columnas que se esparcirían
                                                                                                                                     hacia el resto de Sudamérica
        fidedigna sobre los                                                                                                          o para liderar una “escuela de
                                                                                                                                     guerrillas”. En cualquier caso,
        soldados.                                                                                                                    a esa altura el Ejército bolivia-
                                                                                                                                     no, en pleno régimen del gene-
             AUTOR:                                                                                                                  ral René Barrientos, lo tenía
                                                                                                                                     prácticamente cercado.
             Alejandro Tapia,                                                                                                          Esta campesina cuenta
           enviado especial a La                                                                                                     que los huevos que con tan-
         Higuera, Bolivia/La Tercera                                                                                                 to ahínco preparó para su es-
                de Chile                                                                                                             poso se los terminó dando al
                                                                                                                                     Che, quien le pidió agua para
                                                                                                                                     lavarse las piernas. “Su carne
        CHILE.
                                                                                                                                               “Venimos
                l  8  de  octubre  de                                                                                              pasando, cazando
                1967, Ernesto Gue-
                vara fue capturado                                                                                                 monos y loros para
        Epor el Ejército de Bo-
        livia, después de su infructuo-                                                                                             comer”, comentó
        so  intento  de  concretar  una                                                                                              Ernesto Guevara,
        guerrilla  en  ese  país.  Cam-
        pesinos que dialogaron con el                                                                                               que había llegado
        Che, el capitán que lo captu-
        ró, el último sobreviviente bo-                                                                                            a Bolivia a fines de
        liviano del grupo armado, la                                                                                               1966, plena Guerra
        enfermera que lavó su cuerpo
        y otros testigos cuentan a La                                                                                               Fría, para crear un
        Tercera cómo fueron sus últi-
        mas horas.                                                                                                                     foco guerrillero
          Todo el pueblo, en el Abra                                                                                                con la idea, nunca
        del  Picacho,  había  escucha-
        do los rumores: en esta zona,                                                                                                  confirmada, de
        enclavada en el valle bolivia-                                                                                                 llevar su lucha a
        no, unos extranjeros estaban
        enfrascados en una guerra de                                                                                                          Argentina
        guerrillas. Pero ese 26 de sep-
        tiembre de 1967, nadie esta-
        ba para cuentos, sino que pa-                                                                                                se estaba pudriendo. Se ha la-
        ra festejar a la Virgen de las                                                                                               vado bien”, señala. Luego, en
        Mercedes.  La  fiesta  llevaba                                                                                               lo que sería la última “cele-
        varios días y el esposo de Ma-                                                                                               bración” de la guerrilla, el Che
        ría Barón Espada, una cam-                                                                                                   terminó bailando Atá tu pe-
        pesina de 25 años, estaba con                                                                                                rrito, del folclor boliviano, con
        una tremenda resaca (cha-                                                                                                    la lugareña Erlinda Galeán.
        qui). Por eso, aquella mañana,   Los últimos días                                                                            Se les ofreció chicha, pero los
        alrededor de las 8.00, la mujer                                                                                              guerrilleros no quisieron.
        le preparó cuatro huevos pa-                                                                                                   Alrededor de las 10.00, el
        ra intentar revivirlo. Pero en                                                                                               Che  y  su  columna  enfilaron
        eso comenzaron a desfilar va-                                                                                                hacia La Higuera. Pero el pue-
        rios guerrilleros enfrente de                                                                                                blo, de unas 15 casas, estaba
        su casa, de adobe y arriba del                                                                                               vacío. Corría el rumor de que
        monte. Uno de ellos le llamó  del Che, a 50 años
                                                                                                                                     los guerrilleros mataban a los
        especialmente la atención y le                                                                                               hombres y violaban a las mu-
        preguntó quién era. “Yo soy el                                                                                               jeres. “Lo mirábamos por el
        Che Guevara, soy médico, y si                                                                                                hueco de las puertas, pero no
        me dejan en paz puedo curar                                                                                                  sabíamos que era el Che. Es-
        a la gente de aquí”, respondió.                                                                                              tuvieron media hora y el Che
          María Barón, ahora de 75                                                                                                   no charló con nadie. Teníamos
        años, sigue viviendo en el                                                                                                   miedo”, recuerda Irma Rosa-
        Abra del Picacho, un case-               de su muerte                                                                        do Carrizales, en su pequeño
        río justo encima del poblado                                                                                                 local de abarrotes en La Hi-
        de La Higuera, en el depar-                                                                                                  guera.
        tamento de Santa Cruz. “¿De                                                                                                    Ese mismo día, la guerrilla
        dónde viene?”, insistió la mu-                                                                                               sufrió tres bajas y no tuvo más
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