Page 13 - Mayo2018

la pedagogía del amor. El documento espe cial men te a los que más su fren.
destaca la necesidad de presentar Constantemente Francisco habla con
las razones y las motivaciones para gran realismo sobre los matrimonios
optar por el matrimonio y la familia, “reales”, con todos sus límites,
de ayudar a los jóvenes a descubrir dificultades, imperfecciones, luchas y
el valor y la riqueza del matrimonio y duros desafíos. Muestra con crudeza
de “tocar las fibras más íntimas de los que necesitan ayuda, sin dejar de
jóvenes, allí donde son más capaces de agradecer que “muchas familias, que
generosidad, de compromiso, de amor están lejos de considerarse perfectas,
e incluso de heroísmo, para invitarles viven en el amor, realizan su vocación
a aceptar con entusiasmo y valentía el y siguen adelante, aunque muchas
desafío del matrimonio” (Al 40). veces caigan a lo largo del camino”
(AL 57).
Por último, una tercera línea en
la que se enmarca la familia es la Amoris Laetitia ofrece esperanza y
dimensión pastoral. Es este el motivo esperanza en abundancia. No es una
de que no rehú ya los pro ble mas lista de reglas o de condenas sino
reales de la gen te y en fa ti ce la ne ce- un llamamiento a la aceptación y al
si dad de que la Igle sia y sus mi nis tros acompañamiento, a la participación
com pren dan, acom pa ñen, in te gren y a la integración. Incluso cuando
y ten gan los bra zos abier tos a to dos, las personas – por muchas razones
diferentes – no han sido capaces
de cumplir con las exigencias de
la enseñanza de Cristo, la Iglesia
y sus ministros quieren estar a su
lado para ayudarlas en su camino.
“El camino de la Iglesia es el de no
condenar a nadie para siempre y
difundir la misericordia de Dios
a todas las personas que la piden
con corazón sincero” (AL 296).

El mayor reto es que se lea sin
prisas y se ponga en práctica.
Amoris Laetitia formula propuestas
a la Iglesia y a sus pastores para
que cambien su enfoque respecto
a la familia: para acompañarla, para
integrarla, para permanecer cerca
de cualquier persona que haya
sufrido los efectos del amor herido.

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