Page 74 - Camino a la victoria
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Camino a la Victoria









          Juan 16:33 «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.  En el mundo tendréis
          aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.» (¿Lo leíste en voz alta?)




          La palabra «aflicción» significa dificultades, problemas, y adversidades.  Nuevamente
          podemos ver la expresión «en mi», que es lo mismo que «estar en Cristo», que aprendimos
          en la primera sección (justificación, santificación y glorificación). «Confiar», no significa

          desalentarse, sino ser optimista, siempre ver hacia delante, estar a la expectativa, tener
          esperanzas, no desesperarse.  Y la palabra «vencer», significa victoria o victorioso,
          conquistador, triunfante.  Jesús promete una «vida victoriosa». Con esta explicación,
          quiero que leas otra vez el versículo anterior - con cuidado y despacio.




          ¿Cómo entonces debe vivir un cristiano? Vivir la vida que Dios le indicó en su Verbo

          encarnado que es Jesucristo. ¿Qué clase de vida es esta? Es aquí donde enfrentamos
          obstáculos.



          Uno. Puesto que vivimos en el mundo «… así yo los he enviado al mundo.» debemos

          enfrentar al mundo que es pecador, violento y malvado, al igual que los no-cristianos lo
          hacen.  Dios no ha prometido quitar todos los dolores y penas, enfermedades y desalientos
          de ti.




          Mi abuelo (el padre de mi mamá) fue uno de los primeros misioneros coreanos en China.  Él
          sirvió a Dios fielmente por más de 40 años, en las áreas circundantes de Shanghai.  En 1949,
          cuando los comunistas tomaron China, tuvo la oportunidad de dejar China e ir a Corea.

          Pero, él me escribió que China era su país, Dios lo había mandado allá y que mientras
          hubiera personas allí que sirvieran a Dios y predicaran el Evangelio, él se quedaría.  Fue

          capturado por los comunistas, a través de su policía secreta y puesto en prisión en
          confinamiento solitario.  Allí, en la prisión fría, sucia y pequeña, murió en 1951, de hambre
          y cansancio.  Tenía 81 años. ¿Abandonó Dios a mi abuelo? ¿Por qué no rescató
          milagrosamente a su fiel siervo?






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