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Camino a la Victoria

Más tarde, en Hong Kong, conocí a un gran número de personas que conocieron a Dios a
través del ministerio de mi abuelo. Ellos hablaban de mi abuelo como si siguiera vivo
físicamente. Supe después que él había vencido al mundo. Él vivió una vida victoriosa. Él

triunfó sobre el mal del comunismo. Escuchemos nuevamente a Jesús:

«En el mundo tendréis aflicción; pero confiad…»

Él no dice: el mundo está lleno de problemas y aflicciones, pero una vez que has aceptado
ser mi seguidor, yo quitaré todo en un segundo para que tú puedas vivir una vida larga,
quieta, rica y libre de cuidados. ¡No! ¡Jesús no dijo esto! Jesús todavía te exhorta para que

«confíes». ¿Qué significa esto?

Si Jesús no hubiera nacido como humano, como tú y yo, y no hubiera vivido en la tierra,
como tú y yo, y después dijera, «yo he vencido al mundo», esto no tendría ningún

significado, «confiad» sería una frase vacía.

Si tú nunca has estado en prisión, nunca sabrás la agonía, soledad y frustración (sin contar

los crímenes por los que un hombre se encuentra en prisión) que sufre un prisionero.
Decirles a ellos «confiad» no quiere decir nada. Si tú creciste bajo el cuidado tierno de
unos padres amorosos, no hay manera de que conozcas los sentimientos de desolación de

un huérfano. El que tú le digas a una niña huérfana «todo se compondrá, no te preocupes
de nada, confía», sería algo sin sentido.

Pero Jesús, nuestro Señor, durante treinta y tres años vivió, probó, vio, escuchó y
experimentó todas las enfermedades, penas, amarguras, orgullo, violencia, hipocresía,
maldad y deshonestidad del mundo y Él dice: «En el mundo tendréis aflicción». Él sabe de lo
que está hablando. Y dice después «más confiad, yo he vencido al mundo». Esto quiere

decir que tú, también, puedes vencer al mundo si crees y confías en Él y vives como Él vivió.

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