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Esto influye en nuestras vidas, ya
que si caemos en un lugar fructífero,
podemos impartir la palabra de Dios
a las personas que lo necesitan,
pero por otra parte si caemos en
lugares espinosos seremos débiles
y sin capacidades para enfrentar los
obstáculos en la vida.

Por eso es importante el estar cerca
de Dios, ya que él es el sembrador y
nosotros las pequeñas semillas.

El frijol aunque es una semilla tan
pequeña, al momento de crecer
rinde y es productiva, al
compararnos con ella somos
semillas pequeñas donde podemos
rendir grandes frutos si nos
proponemos hacerlo y estar
conscientes de lo que nos
propongamos, haciendo una mejora
en ello para que así el fruto dentro
de nosotros florezca y de buena
productividad.

San mateo 13:31 nos da a entender
que el reino de los cielos se viene
refiriendo a un granos de mostaza,
que aquel hombre tomo con sus
manos y la sembró en un lugar fértil,
la cual esta es la más pequeña de
todas las semillas, pero al momento
de crecer esta es la mayor de las
hortensillas y luego se hace árbol,
de tal manera que vienen las aves
del cielo y hacen nidos en sus
ramas.

En esta observación podemos
correlacionar la valoración que se
obtiene del ser humano al igual que
la semilla del frijol, siendo tan
pequeña puede dar grandes frutos
al igual que el ser humano, puede
lograr grandes objetivos,
poniéndonos en las manos de Dios
llegaremos a tener éxito y triunfar lo
que la vida nos propongamos.