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Opinión de expertos / Presentación del informe de Deloitte en
Se necesita más inversión
La inversión que se está haciendo de aquí hasta el 2030 puede parecer muy alta (entre 15 y 28 mil millones de euros); sin embargo, según un estudio realizado el pasado año, esti- mamos que para el conjunto de la actividad española necesi- tábamos invertir entre 330-380 mil millones de euros hasta el 2050 para descarbonizar toda la industria, destinando un total de 200 mil millones de euros para la parte eléctrica.
Básicamente, teníamos que invertir en muchísima renova- ble, ya que la única forma de descarbonizar el conjunto de la economía es electrificar la demanda. Lo que hoy estamos gastando en energía de gas natural, y sobre todo del petróleo y de carbón, tiene que ser reducido drásticamente para 2050 y ser sustituido por electricidad renovable.
La solución pasa por incentivar, durante la parte inicial del periodo, la adquisición del vehículo eléctrico, que hoy es más cara que la del convencional. Para asegurar ese desplie- gue masivo que requerimos para dentro de 35 años, hemos estimado unos incentivos de entre 2 y 6 mil millones por el número de coches que se compren entre 2021 y 2024, y así abaratar la compra del vehículo eléctrico un 20% con respec- to al convencional.
El caso de los puntos de recarga
Estimamos en 3 y 4 mil millones de euros la in- versión en infraestructura de recarga eléc- trica, ya que hoy no existen postes
para ello, lo cual impide el des-
pliegue masivo de este tipo de vehículos. Necesitamos ade-
más infraestructura de recarga
de acceso público (instalada en
las calles, electrolineras, carrete- ras, autopistas, centros comerciales...).
Las inversiones para el despliegue de dicha infraestructura son marginales en comparación con cualquier inversión que se pueda hacer en el sistema eléctrico o en otro aspecto de la economía española. De aquí al año 2050, la inversión esti- mada oscila entre 100 y 150 millones de euros, una cantidad insignificante si tenemos en cuenta los más de 4.000 mi- llones que pagamos todos los años en la factura eléctrica por los cables y el transporte de distribución.
El problema que tiene esta inversión es que no resulta rentable. La electrolinera de recarga rápida necesita conectarse a media tensión, al menos 45 kw de potencia, para poder alimentar en 20 minutos el 80% de la batería; esto asciende (considerando la instalación de dos postes con dos cargadores cada uno) a unos 120 mil euros. La mitad de esta inversión es el coste de conectar esa infraestructura con la red de distribución más cercana, y la otra mitad es el propio poste y los conectores.
Si asumimos que el propietario de la recarga cobra a quien se conecta un precio por la electricidad parecido –para la misma autonomía– al que le costaría llenar el vehículo de
El GLP y el gas natural
ayudan a reducir parte de las emisiones, pero son insuficientes para la descarbonización total esperada para 2050
gasolina o diésel (esto es, unos 6€/100 km.), el propietario de esta recarga necesitaría hacer alrededor de 20 recargas diarias para recuperar su inversión; algo muy poco realista, ya que prácticamente ese poste tendría que estar enchufado casi todo el día.
Si la inversión del coste de conectarse a la red de distribución se lo encargáramos a la compañía eléctrica y se lo reconocié- ramos en su tarifa, supondría entre 10-12 recargas al día
para poder recuperar el coste de la inversión.
Por tanto, una de nuestras recomendaciones es: si queremos que la infraestructura de recarga se despliegue, al menos para la red de acceso público, hay que encargársela a las compañías eléctricas, ya que de otra manera difícilmente se va a producir. Lo bueno es que esos importes de costes de infraestructura de recarga mencio- nados anteriormente (entre 100 y 150 millones de euros), repartidos en los próximos años,
apenas se apreciarían en la factura eléctrica.
En el caso de infraestructura de recarga en la vía pú- blica (recarga lenta), los números no salen de ninguna ma- nera. En este supuesto, el precio al que se va a facturar va a ser muy inferior, pero además son pocos los coches que se pueden conectar a lo largo del día. Estamos hablando de que para empezar a recuperar, necesitaríamos más de 4 recargas diarias (en el caso de que la acometida la realiza-
En la transición,
debemos contar
con la evolución
de las tecnologías convencionales, la mejora de eficiencia de los motores convencionales y la hibridación
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