Page 39 - La Rebelión de los Bolsillos Rotos
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La Rebelión de los Bolsillos Rotos
momento que llega el dinero y acostumbrarnos a vivir con el
resto.
Después de unos meses de estar ahorrando, me llamó y
me dijo que la alcancía pesaba mucho, que él creía que había
logrado la meta. Yo sabía que con monedas o billetes de baja
denominación no era mucho lo que podía ahorrar, sin em-
bargo, se logró el cometido; el hábito del ahorro. Para que
estuviera completamente instalado el hábito había que recu-
rrir a la recompensa, se le compraron sus patines del modelo
y color que él había soñado.
Preciso dos cosas; para lograr las metas de ahorro se ne-
cesita enfoque, un por qué ahorrar, y tiempo. La segunda, es
que se debe ahorrar desde el momento que llega el dinero y
acostumbrarnos a vivir con el resto. Para ello quiero traer a
Vilma, una venezolana que tuvo que migrar a Colombia por
la difícil situación económica y social en que se encuentra
sumergido su país. En una capacitación que yo brindaba so-
bre educación financiera, se levantó y relató que a ella muy
poco le alcanza el dinero porque gana sólo un salario mí-
nimo. Sin embargo, cuando le pagan, lo primero que hace es
sacar una porción de su salario y ahorrarlo, así se hace la idea
que debe cubrir sus necesidades y pagar sus obligaciones con
el resto. A esto le suma que hace un presupuesto y sabe que
no puede gastar más de lo que gana. La recompensa por ha-
ber ahorrado durante el primer semestre del año fue comprar
un artículo esencial, una nevera.
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