Page 34 - La Rebelión de los Bolsillos Rotos
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Ronald J. Acosta Pineda
a disfrutarlo. Llegado el día, van a un centro comercial y
comparten una rica comida o bebida con familiares o amigos,
muchas veces sin antes haber presupuestado de cuánto puede
ser el gasto. La frase típica que me encuentro al cuestionar
este comportamiento es: porque yo me lo merezco.
Aquí el planteamiento es el siguiente; estoy seguro que
usted se merece todo en la vida, su esfuerzo en el trabajo y
en las actividades diarias lo hacen merecedor de muchas co-
sas buenas. Ese pensamiento inocente, vuelto hábito, ha he-
cho que muchas familias no alcancen a llegar al fin de mes
sin acudir a préstamos de familiares o de entidades de crédito
para terminar de suplir sus obligaciones y necesidades.
Estas acciones de fin de quincena o mes tienen la carac-
terística del efecto de bola de nieve; cada mes el dinero fal-
tante se va convirtiendo en más deuda, y aunque puedan ser
pocas, crecen sin control porque el hábito se repite cada 15
o 30 días.
Yo también viví este hábito, y como muchos la culpa de
no llegar a fin de mes con el dinero necesario era de todo y
de todos, menos mía. Al comenzar a aplicar la educación fi-
nanciera en mi vida (era de los que cuando le pagaban el sa-
lario ya lo debía todo) y descubrir este mal hábito, identifi-
qué que el detonante era el revisar la cuenta de ahorros donde
me depositaban el pago de mi salario. Si yo sabía que me
pagaban el 15 y el 30 de cada mes ¿por qué tenía que estar
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