Page 30 - Revista 3ES OCTUBRE 2018- II
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rincón del cuarto con la vaga esperanza de escuchar menos; los
            gritos por fin han terminado, hay personas dando órdenes, mien-
            tras los cuerpos son arrastrados y amontonados.

                -Beto ¿eres tu mijo?, ¿ya regresaste?, Beto- Escucho la voz
            de la abuela en el pasillo, recorriendo cada rincón en busca
            del tío Beto, ese al que llamaban revoltoso en casa y que un
            día no regresó. Ese que era una vergüenza para la familia
            con sus ideas extravagantes y que muchos en secreto se
            alegraron de su desaparición, claro, se alegraron antes
            de saber las cosas que ocurrieron en la plaza, antes de
            que la abuela insistiera en su búsqueda, de que los
            sonidos se instalaran en nuestras vidas. –Memorial le
            llaman, y ahora tu abuela se ha unido a él, clamando
            con su voz por su hijo desaparecido.- Me incorporo
            y recuesto nuevamente, el silencio resulta extraño
            después de una noche de gritos y balas.

                Cierro los ojos, respiro, y empieza. Los tam-
            bores rugen y el grito de miles de personas
            encendidas se incrementa. El sol será ali-
            mentado con sangre, con vida; es el des-
            tino de este recinto. La sangre bañará las
            escalinatas y las piedras porque así lo
            reclaman los dioses, no habrá furia ni
            lamentaciones, la sangre será entregada
            de manera limpia y honrosa. Los gritos
            de aprobación aumentan y un cuchillo
            corta el aire. –Memorial le llaman y
            tú eres parte de él.-
























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