Page 31 - Revista 3ES OCTUBRE 2018- II
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rincón del cuarto con la vaga esperanza de escuchar menos; los
 gritos por fin han terminado, hay personas dando órdenes, mien-
 tras los cuerpos son arrastrados y amontonados.

     -Beto ¿eres tu mijo?, ¿ya regresaste?, Beto- Escucho la voz
 de la abuela en el pasillo, recorriendo cada rincón en busca
 del tío Beto, ese al que llamaban revoltoso en casa y que un
 día no regresó. Ese que era una vergüenza para la familia
 con sus ideas extravagantes y que muchos en secreto se
 alegraron de su desaparición, claro, se alegraron antes
 de saber las cosas que ocurrieron en la plaza, antes de
 que la abuela insistiera en su búsqueda, de que los
 sonidos se instalaran en nuestras vidas. –Memorial le
 llaman, y ahora tu abuela se ha unido a él, clamando
 con su voz por su hijo desaparecido.- Me incorporo
 y recuesto nuevamente, el silencio resulta extraño
 después de una noche de gritos y balas.

     Cierro los ojos, respiro, y empieza. Los tam-
 bores rugen y el grito de miles de personas
 encendidas se incrementa. El sol será ali-
 mentado con sangre, con vida; es el des-
 tino de este recinto. La sangre bañará las
 escalinatas y las piedras porque así lo
 reclaman los dioses, no habrá furia ni
 lamentaciones, la sangre será entregada
 de manera limpia y honrosa. Los gritos
 de aprobación aumentan y un cuchillo
 corta el aire. –Memorial le llaman y
 tú eres parte de él.-
























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