Page 4 - Compendio Relatos
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SIN PREVIO AVISO…




                  Definitivamente hay vivencias que marcan para siempre, que quedan en mi
                  memoria como compañero inseparable en el camino de mi vida, recuerdo

                  que acompaña para ser contado, compartido, y en ese contar contarme y
                  en ese compartir compartirme, también porque  es desde mi ser que voy
                  transcurriendo y ese recuerdo trasciende y me atraviesa en un antes y un
                  después de.

                  Mis años me han dado la oportunidad de vivir experiencias que muchos no
                  tendrán, sencillamente porque ocurren muy pocas veces, hace 29 años viví
                  con  emoción  y  hasta  un  poco  de  temor  por  el  decir  popular,  un
                  acontecimiento único, un eclipse total de sol,  fue el 11 de julio de 1991,

                  02:01pm, el cielo se oscureció, los gallos cantaban y los pájaros buscaban
                  refugio, los grillos se escuchaban y las gallinas cacareaban, y el sol?, el sol se
                  apagó,  las  calles  quedaron  oscuras,  las  luces  de  los  “mercurios”  -así
                  llamábamos  al  alumbrado  público-  se  encendieron  y  tuvimos  una noche
                  muy  corta,  de  tan  solo  6  minutos  con  53  segundos.    Eso  fue  fantástico,
                  inolvidable y podía ver como la gente tomaba sus precauciones para mirar
                  el  eclipse,  filtros  solares,  gorras,  cámaras  para  tomar  fotos,  todos  querían
                  observar  ese  acontecimiento  natural,  desde  patios,  balcones,  playas,
                  montañas o simplemente desde la media calle, una experiencia maravillosa
                  de solo unos minutos que recuerdo como si hubiese pasado ayer.


                  En aquellos años 1991, como ahora 2020, no sabía que iba a ser testigo de
                  tan  inolvidable  experiencia.    Tener  la  vivencia  de  una  pandemia,
                  indudablemente es algo que guardaré en mi memoria, así como  reconocer
                  que  necesitaría  otros  artículos  y  rutinas  para  mi  protección,  usar  alcohol
                  líquido o gel, jabón y lavado de manos constante, zapatos elegidos para
                  salir de casa, mascarilla hasta para ir a la pulpería, careta, cambio de ropas
                  y baños al regresar de las compras o mandados y un sinfín de cuidados con
                  nuestros  familiares,  en  especial  con  los  más  vulnerables,  a  esto  sumar  la
                  indicación de quedarse en casa y salir solo a lo estrictamente necesario,

                  esto ha sido un cambio difícil y la vida continúa y el trabajo continúa con las
                  variantes necesarias, adaptaciones inesperadas y búsqueda de ideas para
                  reinventar las labores.
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