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Profundamente ocultas dentro de las estructuras de
roca subyacentes en torno al Königssee, e intocadas
por los glaciares de la época glacial, yacen espesas
capas de sal. Cuando este mineral se descubrió cerca
de la superficie, fue explotado en minas y constituyó
la base de una industria local durante más de 2.500
años. Incluso en la mitad del primer milenio antes de
Cristo los celtas extrajeron la sal de las minas a gran
escala y traficaron no sólo con las tribus vecinas, sino
también con naciones tan distantes como China.
En el siglo XIX este extremo rincón sur de Alemania
Occidental ha supuesto una reserva de caza para los
monarcas bávaros, que cazaron hasta la extinción de todos
los grandes depredadores del bosque –el águila dorada,
el águila barbuda o quebrantahuesos, el lince europeo, el
oso marrón y el lobo. En 1978, sin embargo, cuando se
estableció el Parque Nacional de Berchtesgaden, se
incluyó la región circundante al lago Königssee.

Abril 2019 TURISMOCUATRO MAGAZINE CHILE 83