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Un Miércoles Santo Diferente
Curioso era también ver a los hermanos de
Nuestro Padre Jesús Nazareno desfilar con nosotros
Corrían las 7 de la tarde... en este día, pues al paso de la procesión con todos
los trajes encarnados resultaba llamativo ver trajes
blancos y morados, rompiendo esa sintonía propia de
los hermanos del Prendimiento. He de decir que la
en la trimilenaria: calles llenas de gente buscando el
mejor sitio para ver la procesión, los carritos de experiencia fue maravillosa y muy gratificante, sobre
capirotes, pipas, globos y demás enseres ya estaban todo, y permitidme que os lo cuente, en el momento
listos para dar sus paseíllos, balcones engalanados de la entrada a la iglesia de Santiago Apóstol: Yo
para la cita, todo igual que los años anteriores para vestido del resucitado, mi padre de nazareno y mis
ver la magna procesión de los californios. Como hermanos de capirote viendo entrar al apóstol de
siempre, en casa de mi abuela, mis hermanos y mi nuestros amores por el dintel de Santa María. Un
padre se enfundaban sus trajes para estar puntuales escalofrío recorría mi cuerpo y un pensamiento la
a la cita con su agrupación, Santiago Apóstol; trajes mente: cuando será el próximo Miércoles Santo
de capirote planchados y preparados en el comedor, diferente.
la vara de nazareno de mi padre impoluta para el
desfile… Todo parecía en orden hasta que de repente
salieron otros dos vestuarios al comedor para la Antonio Ferrer Giménez
procesión de ese día. Todo parecía extraño, pues los
californios de la casa ya estaban vestidos pero, al
desenfundar los trajes, un blanco resplandor nos
sobrecogió. Los trajes eran de capirote de Nuestro
Padre Jesús Resucitado, algo extraño para ser un día
californio. Mi padrino, Antonio Giménez Rubio, y yo
nos vestimos de resucitados para representar a
nuestra agrupación en la noche california,
acompañando a los hermanos del titular encarnado
(El Prendimiento), quienes nos invitaron al desfile en
la conmemoración de su 75 aniversario. Al salir de
casa recuerdo cómo la gente nos observaba algo
extrañada, y no es raro que más de uno llegara a
pensar “¿a dónde van estos locos?” o “se han
adelantado un poco”. Y es que fue un momento
especial para mí por varias razones; en primer lugar
por representar al titular de la Cofradía del Resucitado
en ese día californio y en segundo lugar por hacerlo al
lado de mi padrino, fiel reflejo de la tradición familiar
con esta agrupación que un día inició mi abuelo y que
a día de hoy seguimos casi toda la familia.
54 | Al tercer día... Resucitó