Page 22 - Nuestras Guerras
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PABLO (jubiloso). Padre... Me las arreglaría.., podría ir a verle... TIMOTEO. ¡Y con qué pasta..!
PABLO. Le escribiría.., como en aquellos tiempos de la cárcel... TIMOTEO. No digas gilipolleces, que de eso tú nada recuerdas. PABLO. Mucho más de lo que usted se cree.
TIMOTEO. Bah.
PABLO. Que esas cosas, padre, aunque se callen, no se olvidan nunca.
GREGORIO. ¿Qué dices, Timoteo? Sin ilusionarnos, pero deja que hable con unos cuantos. Y ves tú a saber...
TIMOTEO. Venga, dejémonos de sueños, que ésta es la España del Caudillo, y aquí nada se mueve sin su permiso. (Baja la voz) Porque él es Dios, ¿sabíais?, está en todas partes y nadie lo puede ver. Es como el sostén de las señoras: engaña a los de fuera, oprime a los de dentro y hace de los caídos un monumento.
Oscuro.
Cuadro 6
1973, PLAZA DEL REY, BARCELONA
La luz sube sobre Pablo y Manolo en un lugar semejante al anterior, también en la Plaza del Rey, cinco años después. Es Pablo quien pide la orden.
 
























































































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