Page 142 - Proyectos de Español 3 - Secundaria
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quiere para ella. Tiene muchos oficios y dice que la gente siempre queda con- tenta con sus servicios. Invoca a dioses grecolatinos más que a Cristo, santos o vírgenes. Es el personaje mejor trazado, tanto que ha llegado a ser prototipo de la alcahueta y su nombre sustituyó el título original de la obra: Comedia o Tragicomedia de Calisto y Melibea. A continuación, está una muestra de su dies- tra forma de hablar y de la reacción de Melibea después de oírla:
 CELESTINA: —Señora, porque mi limpio motivo me hizo creer que, aunque en menos lo propusiera, no se había de sospechar mal. Que, si faltó el debido preámbulo, fue porque la verdad no es necesario abun- dar de muchas colores. Compasión de su dolor, confianza de tu magnificencia ahogaron en mi boca la expresión de la causa. Y pues conoces, señora, que el dolor turba, la turbación desmanda y altera la len- gua, la cual había de estar siempre atada con el seso, ¡por Dios, que no me culpes! Y si él otro yerro ha hecho, no redunde en mi daño, pues no tengo otra culpa, sino ser mensajera del culpado. No quiebre la soga por lo más delgado. No seas la telaraña, que no muestra su fuerza sino contra los flacos animales. No paguen justos por pecadores. Imita la divina justicia, que dijo: el ánima que pecare, aquella misma muera; a la humana, que jamás condena al padre por el delito del hijo ni al hijo por el del padre. Ni es, señora, razón que su atrevimiento acarree mi perdición. Aunque, según su merecimiento, no temía en mucho que fuese él el delincuente y yo la condenada. Que no es otro mi oficio, sino servir a los semejantes: de esto vivo y de esto me arreo.26 Nunca fue mi voluntad enojar a unos por agradar a otros, aunque hayan dicho a tu merced en mi ausencia otra cosa. Al fin, señora, a la firme verdad el viento del vulgo no la empecé. Una sola soy en este limpio trato. En toda la ciudad pocos tengo descontentos. Con todos cum- plo, los que algo me mandan, como si tuviese veinte pies y otras tantas manos.
MELIBEA: —No me maravillo, que un solo maestro de vicios dicen que basta para corromper un gran pueblo. Por cierto, tantos y tales loores me han dicho de tus falsas mañas, que no sé si crea que pedías oración. (Auto IV).
Y esta otra en la cual le describe a Melibea el sentimiento que la embarga:
 MELIBEA: —¿Cómo dices que llaman a este mi dolor, que así se ha enseñoreado en lo mejor de mi cuerpo? CELESTINA: —Amor dulce.
MELIBEA: —Esto me declara qué es, que en sólo oírlo me alegro.
CELESTINA: —Es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una delectable dolencia, un alegre tormento, una dulce y fiera herida, una blanda muerte. (Auto X).
• Pleberio y Alicia, padres de Melibea. Él es un hombre confiado, orgulloso de su hija, le importa más ella que su honra y su riqueza. Alisa es autoritaria, dis- fruta de las comodidades de ser esposa de un hombre muy rico, pero es ig- norante y en realidad, no conoce lo que hace su hija.
• Los criados de Calisto: Sempronio es ambicioso, mentiroso e hipócrita. Pármano es fiel, misógino, pero tiene una personalidad débil y por eso acaba siendo desleal.
Sosia y Tristán, los criados jóvenes que sustituyen a Sempronio y Pármeno, dispuestos a servir a su amo.
• Las compañeras de Celestina: Elicia y Areúsa. La primera, impulsiva e indepen- diente; la segunda, astuta, aparentemente débil e inocente.
• Lucrecia, criada de Melibea, prima de Elicia, complace a su ama en todo, por eso Areúsa la compadece.
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