Page 155 - Proyectos de Español 3 - Secundaria
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Los elementos centrales de los programas de audio son la lengua hablada, la músi- ca y los efectos sonoros.
Aunque la mayoría de la gente no esté consciente, la imagen sonora tiene un poder más inmenso que el de las imágenes. Orson Wells, brillante actor, guionista y director de radio, cine y televisión, en 1938, siendo un veinteañero, alarmó a millo- nes de estadounidenses con una adaptación radiofónica de “La Guerra de los mun- dos”, la popular novela de H. G. Wells que narra una invasión marciana a la Tierra; quienes siguieron aquel programa radiofónico creyeron lo que escuchaban a través de la radio; es decir, creyeron que realmente la Tierra sufría un ataque de marcianos.
La expresión del propio Orson Wells: “Ah, pero en la radio la pantalla es mucho más grande”, aclara que en tanto que en el cine o en la televisión contemplamos imá- genes y escuchamos sonidos limitados por una pantalla, los sonidos provenientes de la radio, en cambio carecen de fronteras precisas porque están en una pantalla interior, un ámbito ilimitado para la imaginación.
Antonio Loyola explica lo anterior así:
Las voces de los actores de una radionovela pueden dar lugar a variadas perso- nificaciones, dependiendo de la subjetividad del radioescucha y la música, los ambientes y efectos provocan en nosotros ricas y variadas sensaciones. Para ese ciego voluntario que es el radioescucha, según definición del escritor mexica- no Salvador Novo, aun el silencio entre un parlamento y otro posee significado. Esto es así porque voces, música y efectos son reconstruidos en nuestra mente no sólo como sonidos; a través de ellos engendramos imágenes que nos per- miten configurar espacios, personajes y acciones más ricas en significado que las ofrecidas por los medios audiovisuales, pues brotan de nuestro interior. Y es esto, precisamente, lo que nos autoriza a hablar de imágenes sonoras. (Imágenes sonoras, México, SEP/UPN, 1994, pp. 7-8).
Por tanto, si bien el lenguaje sonoro es unisensorial (se dirige únicamente al oído), esta desventaja se compensa, como ya mencionamos, con la extraordinaria capacidad de sugestión del lenguaje sonoro, integrado por: la palabra hablada, la música y los efectos.
Jimmy García Camargo, mencionado por Loyola, caracteriza a estos tres lengua- jes así: “Las palabras: «El lenguaje de los hombres»; la música: «El lenguaje de las emociones» y, los ruidos: «El lenguaje de las cosas».”
La palabra es insustituible para darle coherencia al mensaje sonoro. Podríamos prescindir de los otros lenguajes y tan solo con la palabra trasmitiríamos un men- saje claro y emotivo. Por eso, es esencial aprovechar todos los recursos de la voz:
• La entonación o tono que permite hacer las inflexiones acordes con el mensaje.
• El volumen que determina la intensidad.
• El ritmo que se manifiesta en la duración (velocidad y pausas).
• El timbre característico de cada persona.
La música tiene estas funciones centrales:
• Crea un ambiente dentro de una escena o fragmento del programa (función ambiental.
• Separa las secciones de un discurso (programa) sonoro como si fuera el paso de un capítulo a otro en un texto o la caída del telón teatral entre acto y acto, ya sea de manera muy breve para acentuar acciones y hechos: “ráfaga”; breve, une ideas, significa cambio de lugar transcurso del tiempo: “puente” (equivale a signos de puntuación: punto, punto y coma, dos puntos y punto y aparte); o para separar bloques: inicio, final, cambio de un subtema a otro: “cortina”... (función gramatical).
La voz humana es la herra- mienta indispensable en la comunicación sonora, siendo un instrumento polifacético debe ser utilizada como tal para dotarla de la expresividad específica propia del mensaje transmitido.
Proyecto 9 ¿Cómo realizar un programa de radio sobre distintas culturas del mundo? 155