Page 121 - Secundaria - Comprometid@s con la Historia de México - 3er Grado
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La Constitución de 1824
Recordarás que terminada la guerra de Independencia, los diversos grupos que participaban en la política nacional no se ponían de acuerdo respecto de cuál era el sistema político más conveniente para el país. La búsqueda de ese sistema político desembocó en la formación de dos posturas políticas que se irían definiendo durante el siglo XIX: la liberal y la conservadora (que incluía a los sectores más tradicionalistas), las cuales serían los principales actores políticos del México independiente hasta 1836. Los liberales proponían una República Federal y los conservadores una República centralista. Aunque no todos, muchos conservadores pugnaban por una monarquía. De hecho, tras el fracasado Impe- rio de Iturbide, la mayoría de los conservadores propondrían una república central. Fue hasta la época de la guerra de Reforma cuando en el grupo conservador volvió a cobrar relevancia la opción de una monarquía constitucional.
Las clases altas mexicanas y las autoridades católicas de mayor jerarquía se esforzaron por consolidar sus intereses por medio de Iturbide. Y mientras se establecía quién gobernaría y cuál sería el tipo de gobierno, se creó en 1821 la Junta Provisional Gubernativa, compuesta por eclesiásticos y abogados que habían fungido como autoridades políti- cas en ayuntamientos y diputaciones provinciales durante la época colonial. Como era de esperarse, había un total des- control: nadie tenía completamente claro lo que debía hacerse y menos cuando había grupos con intereses distintos.
Lograr acuerdos fue uno de los principales retos y mayores problemas de la historia del siglo XIX de nuestro país. Así, en ese ambiente político, la Junta fue sustituida por el Congreso Constituyente de 1822, del cual fueron excluidos los insurgentes y en el cual Iturbide fue el principal actor político. Por su parte, la clase media accedió a espacios de poder, apoyada por las logias masónicas (sociedades secretas, políticas, caracterizadas, entre otras cosas, por una fuerte fraternidad, el mutuo reconocimiento mediante signos y emblemas y una fuerte determinación a participar en los asuntos políticos de la nación). Debido a ello, la clase media regularmente entró en conflicto con un sector de la Iglesia y del ejército. Una fracción del ejército, sintiéndose amenazada, comenzó a planear un golpe de Estado, o sea, un movimiento armado contra el gobierno.
El 18 de mayo de 1822, un tumulto popular organizado por Iturbide con el res- paldo de gran parte del ejército que lo apoyaba, exigió la corona para Agustín I. Al día siguiente, el Congreso, por mayoría y ante la fuerte presión del ejército, aceptó tal peti- ción y el 21 de julio de ese año se coronó emperador de México a Agustín de Iturbide. Él mismo se había decidido por un gobierno de tipo monárquico, cuyo funcionamiento ya conocía y que le permitía tener un poder y un control casi absolutos. Lo primero que hizo el emperador fue enfrentar la grave crisis financiera mexicana creando nuevos impuestos, elevando los ya existentes y recurriendo a préstamos forzosos.
Por supuesto y como siempre suele pasar, hubo sectores inconformes dentro del Congreso, por lo que Iturbide mandó aprehender a 15 diputados liberales y reducir el número de delegados que trabajaban para el Congreso. Como éste siguió quejándose de la manera de actuar del emperador, Iturbide lo disolvió el 31 de octubre de ese mismo año. En su lugar estableció una junta provisional de gobierno formada por 45 diputados, todos ellos designados por él y, por lo tanto, de acuerdo con su política. El emperador argumentó que México era un país que aún carecía de madurez y que necesitaba un sistema fuerte y mano dura que lo dirigiera, tal y como él lo estaba haciendo.
Los antiguos insurgentes y los masones de tradición yorkina deseaban vencer a Iturbide para instaurar una República Federal. Los antiguos borbonistas, es decir, quienes deseaban regresar a ser parte de España, se esforzaban por instaurar una mo- narquía europea. La actitud de Iturbide hizo que, aunque de intereses opuestos, repu- blicanos federalistas y borbonistas se unieran contra él. Cada día perdió más populari- dad hasta llegar a derrumbarse, como verás a continuación.
El 1 de febrero de 1823, el general Antonio López de Santa Anna, de gran lideraz- go dentro del ejército, se unió a viejos insurgentes como Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero y Nicolás Bravo; al poco tiempo se les sumó el general borbonista Echávarri. Constituyeron el Plan de Casa Mata, movimiento en contra de Iturbide. La presión fue tan fuerte que éste renunció a la corona y partió al exilio, el 19 de marzo de 1823. Vence- dores, los liberales de la clase media restablecieron el Congreso y proclamaron que Mé- xico sería una República Federal. Mientras tanto, implantaron un gobierno temporal regido por un triunvirato (formado por tres gobernantes): Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo (ambos insurgentes y con alianzas con el ejército) y Pedro Celestino Negrete, general ex iturbidista.
Promulgado el Plan de Casa Mata, se convocó a la formación de un nuevo Con- greso constituyente nacional que comenzó sus labores los primeros días de noviembre de 1823 y después de largos y acalorados debates, el día 4 de octubre de 1824 se aprobó
Figura 3.8
Constitución de 1824. Este documento se
resguarda hoy en el Archivo General de la Nación, creado justo un año después. ¿Por qué crees que es importante conservarlo? Si estás en posi- bilidades puedes ver un video sobre el diseño que hicieron ingenieros de la UNAM para exhibir, en cápsulas, documen- tos históricos para que no se deterioren. Podrías buscarlo en youtube con el título de “La cápsula del bicentenario”.
Del México independiente al inicio de la Revolución Mexicana 121