Page 90 - Secundaria - Comprometid@s con la Historia de México - 3er Grado
P. 90

                           no se proponían abolirlo; lo que deseaban era participar en él. La idea de la Independencia surgió a partir de 1808, cuando los criollos consideraron que la monarquía española carecía de rey legítimo y, en consecuencia, no había a quién obedecer. Por vez primera consideraron la posibilidad de gobernarse a sí mismos.
Insurgentes y realistas en el movimiento de Independencia
La lucha independentista no cesó porque hubieran sido fusilados, en 1811, Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez. La continuaron de manera destacada Ignacio López Rayón (1782-1815) y Morelos. López Rayón había sido secretario de Hidalgo; Morelos, su alumno.
López Rayón consideró que el movimiento los había rebasado, pues la “turba” (el pueblo) resultaba incontrolable. Para evitar que el movimiento insurgente sucumbiera, López Rayón instaló en agosto de 1811 en Zitácuaro, Michoacán, una Junta Nacional, con el encargo de gobernar en nombre de Fernando VII. La Junta estuvo integrada por cinco miembros influyentes, entre ellos el sacerdote y doctor José María Cos (m. en 1819), quienes debían nombrar autoridades, dirigir las operaciones militares y administrar los recursos. Tanto los insur- gentes como los realistas sostuvieron la guerra mediante contribucio- nes impuestas a las poblaciones dominadas y los bienes confiscados al enemigo. La reacción militar de las autoridades de Nueva España ante estos acontecimientos fue lenta, pues tuvieron que desplazar tropas de las intendencias no insurrectas y ello se llevó su tiempo. Fue común que soldados realistas se cambiaran al bando insurgente. Algunos pueblos estuvieron sujetos a colaborar tanto con los realistas como con los insur- gentes. Como comprenderás, eso mermaba la economía de las localida-
des y complicaba el proceso armado.
La Junta Nacional contó con el apoyo de los Guadalupes, sociedad
secreta formada por varones y mujeres audaces que suministraron recursos
e
e información a los insurgentes. Se nombraron así por su devoción a la Vir-
g
gen de Guadalupe; con ese nombre firmaban sus comunicaciones secretas.
Y no sólo ellos eran devotos de la Guadalupana, sino también los caudillos: Hidalgo llevó en el pecho, hasta la muerte, una imagen de la Virgen bordada en seda; López Rayón, Morelos e Iturbide, la consideraban protectora de su lucha. La participación de los Guadalupes fue determinante para recuperar el apoyo de aquellos miembros de las clases altas y medias que, por temor a la pérdida de sus privilegios y a la violencia de la turba, se habían alejado de los insurgentes.
A pesar del apoyo de los Guadalupes, la Junta Nacional no pudo cum- plir bien su cometido. En los territorios insurgentes, organizados en cuatro capitanías, reinó el desorden, la desorganización y la insubordinación de los líderes. Además, Félix María Calleja tomó Zitácuaro el 2 de enero de 1812 y ello dejó sin sede a la Junta y dispersó el mando. No obstante lo ante- rior, no se perdió todo, pues la lucha había continuado en el sur, encabezada por José María Morelos.
    Figura 2.17
Bajo la orientación de su profesor analicen en grupo la imagen de Morelos. Observen con cuidado su
uniforme, su pañuelo en la cabeza y otras cuestiones que les sean significativas. Si les fuese necesario traigan a clase otras imágenes de Morelos que encuentren en la biblioteca y que les permitan conocer mejor a este personaje. ¿Qué les dicen las imágenes sobre su grupo social, su trayec- toria, su carácter, etcétera?
         Morelos se preocupó por entrenar a sus tropas a fin de contar con fuerzas organizadas y disciplinadas. Llevó a cabo cinco campañas militares. Una de sus principales batallas tuvo lugar en Cuautla (en el actual estado de Morelos), sitiada por el general Calleja, para que los insurgentes se rindieran por hambre y sed. No obstante, los habitantes de Cuautla y las fuerzas de Morelos resistieron 73 días. Morelos logró romper el sitio y continuó la lucha. Tomó Orizaba, Oaxaca y Acapulco (de marzo a mayo de 1812). Llegó a controlar desde Colima hasta Oaxaca, el sur de Puebla, Veracruz y Michoacán.
Para entonces los estragos de la guerra se sentían con mayor fuerza en diversas partes de Nueva España. Había esca- sez de productos básicos (como el maíz) y los que se encontraban se vendían a precio muy elevado. Los caminos princi- pales estaban interceptados; incluso algunos quedaron cerrados a mediados de 1812, como el de Querétaro a Veracruz. Reinaba la devastación y el abandono del campo.
En tanto que esto sucedía fuera de la metrópoli, también ésta vivía tiempos turbulentos. Ya sabes que los ejércitos napoleónicos habían invadido España y que Napoleón había impuesto en el trono a Pepe Botella, su hermano. Los españoles organizaron Juntas, y una Junta Suprema aglutinó a las demás. Una de las funciones principales de la Junta Suprema fue la redacción de una constitución. Para hacerlo convocaron a las llamadas Cortes de Cádiz, integradas por
90 Bloque 2















































































   88   89   90   91   92