Page 44 - Secundaria - Historia de México - 3er Grado
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EL CINE
COMO FUENTE
Una recreación interesante del famoso juicio de la fa- milia Carvajal se reconstru- ye en la película El Santo Oficio (1973). La película, del director Arturo Ripstein, representa con todo detalle la ceremonia de la ejecu- ción de los condenados a muerte en la hoguera.
red de instituciones de asistencia social (hospitales, asilos y orfanatos) que le dieron una importante presencia social. Desde el nacimiento hasta la muerte, hombres y mujeres tuvieron que recurrir a ella.
Las órdenes religiosas que tuvieron un papel central en la misión evangeliza- dora compartieron el poder de la Iglesia novohispana con el clero secular, prote- gido por los reyes y virreyes, lo que ocasionó un enfrentamiento entre los diversos grupos del clero.
En el siglo XVII predominó el clero secular que defendió los intereses del gobier- no español en la Nueva España ya que, en virtud del Patronato Real, todo sacerdote secular era designado por el rey y dependía de la Corona.
Las órdenes regulares realizaron en este siglo un trabajo valioso en las peligro- sas misiones de Texas y California. Los jesuitas difundieron el culto a la Virgen de Guadalupe.
A diferencia del clero regular, que se negaba a admitir a los criollos argumen- tando que el bondadoso clima de la Nueva España debilitaba su carácter y los volvía demasiado inconstantes, el clero secular les abrió sus puertas. Tanto el clero secular como el regular se negaron a admitir a los indios.
El servicio a la Iglesia constituía una carrera atractiva para todas las clases so- ciales. Era costumbre que los hijos no primogénitos de las familias acomodadas se incorporaran al clero. Con frecuencia, los sacerdotes eran el sostén económico de todos sus parientes. Aunque había una gran diferencia entre las ganancias de los curas, en la escala más baja, y las de los arzobispos; en la más alta, aun el cura más modesto vivía mucho mejor que sus fieles indígenas.
Se fundaron también las órdenes de monjas para las mujeres que se dedicaron a la vida contemplativa y a la educación de las niñas.
El clero acumuló una inmensa fortuna debido al cobro anual del diezmo, los le- gados o herencias, los servicios religiosos y las limosnas. Al finalizar la Colonia, la mitad de la riqueza del país estaba en sus manos. La mayor parte de las riquezas
—territoriales y en metálico— de la Iglesia novohispana no se explotaban por lo que se les llamó bienes de manos muer- tas. Algunos de estos recursos se ocuparon en financiar ac- tividades asistenciales como asilos, hospitales y orfanatos.
Además se otorgaban créditos con bajos intereses y a muy largo plazo. Estas acciones reforzaron la imagen positiva de la Iglesia y la presencia del clero en todas las esferas de la vida
de los novohispanos.
La institución que más fortaleció el poder de la Iglesia
católica en la Nueva España fue la Inquisición, nombre que se deriva del verbo inquirir o investigar. En 1571 inició su activi- dad dirigida por la orden de los dominicos.
La Inquisición o Tribunal del Santo Oficio fue un instru- mento político y religioso de origen medieval cuya función fue detectar y castigar a los enemigos de la religión católica: here- jes, brujas(os), idólatras y quienes se hacían pasar por católicos pero practicaban otras religiones. A España llegó a finales del siglo XV tras la expulsión de los árabes y judíos. Los Reyes Católicos le confiaron la tarea de identificar a falsos conversos, judíos y árabes que, para evitar el exilio y la pérdida de sus bienes, se bautizaban
pero mantenían su anterior creencia.
El sostén de este tribunal fueron los voluntarios que colaboraron en la tarea de
extirpar la herejía formando una efectiva red de denuncia. A los novohispanos se les animaba a vigilar y denunciar a los sospechosos, incluidos los propios miem- bros de su familia.
Tras la denuncia que siempre se mantenía en el anonimato, los acusados eran aprehendidos y encerrados en las cárceles, donde se les cuestionaba (en ocasiones
  Figura 1.24 La Inquisición novohispana quemó a 43 per- sonas vivas en la hoguera. Uno de los juicios más interesantes fue el de Guillén de Lampart (1615-1659), un irlandés
que llegó a la Nueva España con el objetivo de liberarla
del dominio de España. La Inquisición lo acusó de hechi- cería. Murió en la hoguera en 1659. Su imagen se encuentra esculpida en la columna de la Independencia de la Ciudad de México.
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