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Cuento 119
La pequeña Bo Peep
La pequeña Bo Peep trabajó tan duro para su manutención porque su
patrón era cruel y tacaño.
Tenía que barrer todo el día y por la noche tenía que cuidar sus ovejas.
La señorita Bo Peep nunca habría conseguido dormir nada de no ser por
unos pájaros que sabían piar siempre que oían avanzar lentamente al
Gran Lobo Malo.
Con el tiempo su pena se hizo tan profunda que casi se ahogó hundida en
sus lágrimas que no se filtraban.
Cuento 120
El Jeep
Con tal oferta tan buena, tan buena saltó rápidamente
Para comprar lo que él pensaba era un hermoso jeep
¡Pero ay Dios mío, qué basura tan terrible!
Por más que lo intentaba, apenas podía avanzar un paso arrastrándose.
Así que enseguida lo revendió muy barato.
Sin embargo, se las arregló para cosechar una gran ganancia.
