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Cuento 216
Juan
Juan era un convicto encarcelado en Tucson por robar un ganso y un
cisne de cuello largo. Le dieron ropas rayadas para vestirse, o en otras
palabras, para ponerse.
Aunque sus esperanzas por la libertad condicional fueron pocas, soñaba
con estar lejos en una tierra más allá para comenzar una nueva vida con
su esperada esposa Ivonne.
Cuento 217
Las Gachas de Cerdo y la Gaseosa
El ladrón robó una botella de gaseosa de la barbería de Dunlop El Sr.
Dunlop, teniendo sólo una pierna, tuvo que saltar. Pero persistió,
girando su correa de cuero.
Persiguió al ladrón, se tropezó con un policía que le dio un certero golpe
de karate al cuello, un estruendoso puñetazo en la boca y un golpe en la
cabeza. Giró por ahí por minutos como trombo. Cuando finalmente se
paró, se cayó al suelo y se quedó tendido.
Se alimentó en la cárcel solamente con gachas de cerdo, y como un
recordatorio, aquella misma marca de gaseosa.