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ríamos, en el ejercicio de la profesión, tanto que al finalizar los estudios   la morbi- mortalidad y de complicaciones en pacientes con enfermedades
 fuimos los egresados de la carrera con las más altas calificaciones de la   crónicas como Hipertensión Arterial, Diabetes Mellitus, Cardiopatías Is-
 promoción, así como logramos ser directores de unidades de salud, jefes   quémicas, Afecciones Respiratorias, etc. Además, se priorizó la atención
 de turno; en fin reconocimientos que solo con dedicación y con esmero se   a grupos vulnerables como mujeres gestantes, adultos mayores, personas
 pudieron haber logrado en un país ajeno a nuestras costumbres.   con discapacidad, mejorándoles la calidad de vida en todo sentido.

 Casi siete años habían transcurrido lejos de la patria, con las metas   Inclusive, como gremio, estuvimos al frente de programas emblemá-
 cumplidas y el sueño renovado. Con afán de seguir aprendiendo y poten-  ticos de instituciones públicas, liderándolos, creando espacios propios
 ciar destrezas, una nueva oportunidad se cruzó en mi camino poco antes   a base de esfuerzo y trabajo tesonero desde las diferentes trincheras y
 de graduarme como Doctora en Medicina; correspondía a la posibilidad   escenarios cotidianos de batalla. Ya éramos fundamentales dentro del en-
 de inscribirme para cursar la Especialidad en Medicina General Integral,   granaje de salud nacional.
 a inicios del año 2013. Dudé, dado que no era conocida o aceptada en   Durante la pandemia más grande que la humanidad puede haber expe-
 Ecuador; sin embargo, era importante y la tomé, ya que de todas maneras   rimentado con la expansión territorial del COVID-19, el sistema de salud
 me permitiría trabajar desde un nivel superior con el fin de aportar al   ha estado a prueba a cada momento; así, las camillas de los hospitales
 mejoramiento de salud de la población.
               casi llenas y el hecho de estar en la primera línea de atención, con toda
 Durante la residencia también varias vivencias. Las enmarcadas en la   la preparación ya comentada, no significó estar lejos de la incertidumbre
 alegría y satisfacción al sanar a quien acudía por ayuda, así como aque-  provocada por esta nueva enfermedad y su desconocimiento.
 llas en que, pese a todo el esfuerzo, el objetivo no se conseguía; esas   Como especialistas de primer nivel hemos estado a la altura, luchando
 son las más amargas y de las que hay que aprender a recuperarse a la   sin descanso para contrarrestar los efectos de esta pandemia en la pobla-
 brevedad posible, ya que siempre se cruzarán en el camino. Hablar con   ción, ante el gran flujo de pacientes que llegan día a día a las consultas
 el paciente, empatizar con él hicieron que reafirme el concepto de que   para  recibir  atención  médica  oportuna,  permitiendo  así,  que  seamos
 la medicina no es solo un conjunto de signos y síntomas, sino que tam-  quienes oxigenemos el sistema de salud sin que este se sature.
 bién implica conocer el entorno del paciente, su forma de vida, hábitos,
 ayudan también a curar su alma.   Tanto la Medicina General Integral como la Familiar y Comunitaria
               abarcan el cuidado total de la salud de las personas y sus familiares, al
 Llegó el momento de regresar al Ecuador, especialidad conseguida y   integrar áreas biológicas, clínicas y conductuales. Los especialistas en
 con la enorme satisfacción del deber cumplido. Nueve años se pasaron en   esta rama, estamos adquiriendo el papel que nos corresponde y podemos
 un abrir y cerrar de ojos, la espera había terminado y el volver a abrazar   resolver la mayoría de los problemas de salud que presenta la población;
 a la familia era el premio más grande que podía recibir. El nuevo reto en   y cuando no, somos el contacto con los colegas del siguiente nivel de
 el camino era la vinculación al sistema nacional de salud, situación que   atención, logrando el funcionamiento armónico del sistema de salud.
 se tornó compleja pese a que desde el año 1987 la especialidad que seguí
 constaba como parte de este, aunque muy poco conocida y explotada. En   Si pudiera retroceder el tiempo y tuviera ante mí la oportunidad de
 el sector público no existían programas de servicios asistenciales de me-  escoger la especialidad, sin dudar la elegiría de nuevo, por el campo que
 dicina familiar, puesto que se pensaba que no aportaban elementos signi-  ha ganado a través del devenir del tiempo, así como por la construcción
 ficativos en la atención a la población, lo que resulta paradójico dado que,   de la relación médico-paciente que genera, basada en el respeto mutuo,
 en dicho sistema, la atención primaria es la piedra angular del mismo.  la empatía, y el coordinado trabajo en equipo. No solo atendemos la en-
               fermedad como tal, sino que nos solidarizamos con el paciente, la comu-
 El tiempo pasó y al pertenecer a este nuevo grupo de especialistas en
 primer nivel de atención, fuimos creando un camino lleno de logros, ya   nidad y el entorno en el que se desarrolla; logrando así que brindemos la
               tan anhelada atención con calidad y calidez que todos nuestros pacientes
 que las generaciones posteriores empezaron a interesarse en la cátedra,   merecen.
 tanto que las instituciones educativas decidieron potenciarla, creándose
 promociones de Especialistas en Medicina General Integral o en Medicina
 Familiar  y Comunitaria,  creando una auténtica  transformación. Como
 consecuencia, las autoridades del sistema nacional de salud notaron que
 el segundo nivel de atención ya no colapsaba, dada nuestra incorporación
 al primer nivel mejorando su capacidad resolutiva; por lo tanto, se redujo
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