Page 71 - Demo
P. 71

Pero bueno, volviendo a lo que me pasó. Tres horas sin conocimiento, fracturas, el cuerpo lleno de coñazos y para el hospital.
Ahí comenzó otra historia. Muy pocos tomaron en serio lo que me había pasado. Porque a mí nadie me toma en serio. A mí no me puede ocurrir nada serio. Todo lo mío tiene que ser jodedera.
A veces se me acercan por la calle, sobre todo las mujeres, y dicen: ‘’Ay, que serio es’’. ¿Y qué quieren, coño? ¿Qué esté todo el tiempo riéndome como un comemierda? Estoy yo todo desbaratado en el hospital, medio inconsciente, lleno de transfusiones y sueros y se aparece uno que se enteró que yo estaba allí, se para en la puerta y me dice: ‘’Esto te pasó por comemierda’’.
Otro entró con una grabadora. Me pegaba el micrófono a la boca y me decía: ‘’Di ño, dí ño’’. Yo, para que se fuera y me dejara tranquilo, sacaba fuerzas de donde tenía y decía muy débilmente ño. Y él gritaba: ‘’¡Más alto, coño! Esto es para mandárselo a mi hija a California’’.
Una vieja entró con un papel y un lápiz. Me los ponía en las manos y me decía: “Dame tu autógrafo antes de que te vayas para el otro mundo”. Menos mal que los médicos suprimieron las visitas.
Al día siguiente, el jefe de la cocina me trajo una paella para que me la comiera. Y yo, que todavía no podía abrir la boca ni para quejarme, le digo: ‘’Déjemela ahí’’. ¡Pa’que fue eso! Me dijo: ‘’Ah, ¿me estás despreciando?’’ Quería que me la disparara de todas maneras.
EL HUMOR ES UN REMEDIO III
ECARDIL 61



























































































   69   70   71   72   73