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LÁGRIMAS DEL CORAZÓN

                      Entonces se echó a llorar, y yo también. Mi curiosidad hizo
                  que le preguntase lo siguiente:
                      - ¿Por qué te preocupa tanto el castigo de otra gente?

                      Abu Hafs contestó:
                      - El tejido de mi naturaleza está hecho enteramente de
                  misericordia y de compasión. Si pudiera tomar para mí el castigo
                  que les corresponde a los que están destinados al Fuego, sería un
                  hombre feliz.

                      Me di cuenta de que Abu Hafs no era una persona dada a
                  lamentarse por sus propias miserias, sino que su naturaleza le
                  hacía decir a menudo “oh mi comunidad, oh mi comunidad”
                  como lo hacía el Profeta Muhammad (r). Me quedé con él un
                  tiempo. Le enseñaba la recitación de algunas surat del Qur’an, y
                  él me mostraba cómo ponerlas en práctica. Me desveló muchos
                  puntos sobre los que no había podido encontrar explicación en
                  mis estudios de las ciencias racionales. Por medio de mi relación
                  con él, mi corazón se llenó del conocimiento de inspiración
                  Divina. Entendí que uno no puede ser guía de los creyentes
                  veraces, qutb, por medio solamente de su conocimiento y de la
                  salah; tal capacidad viene a través de poner todo eso en práctica
                  y, finalmente, a través de la bendición del conocimiento interno
                  solamente accesible a los que reciben la ayuda directa de Allah.
                  La razón por la que esta ayuda le había sido concedida a Abu
                  Hafs se debía a que la misericordia y la compasión se habían
                  convertido en su segunda naturaleza.
                      Después del Profeta (r), fue Abu Bakr (t) quien mejor
                  encarnó la virtud de la misericordia y de la compasión. Solía
                  suplicar regularmente por la salvación de toda la humanidad
                  en el Día del Juicio Final. Su misericordia se manifestó en
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