Page 1410 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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9. 45–10. 2 Lucas 1406
estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será
45 entregado en manos de hombres. Mas ellos no entendían estas
palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen;
46 y temían preguntarle sobre esas palabras. Entonces entraron
47 en discusión sobre quién de ellos sería el mayor. Y Jesús, per-
cibiendo los pensamientos de sus corazones, tomó a un niño y
48 lo puso junto a sí, y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño
en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a
mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre
49 todos vosotros, ése es el más grande. Entonces respondiendo
Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera de-
monios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con
50 nosotros. Jesús le dijo: No se lo prohibáis; porque el que no es
51 contra nosotros, por nosotros es. Cuando se cumplió el tiempo
en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a
52 Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron
y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle pre-
53 parativos. Mas no le recibieron, porque su aspecto era como
54 de ir a Jerusalén. Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan,
dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del
55 cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose
él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu
56 sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las
almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra
57 aldea. Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré
58 adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen
guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre
59 no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Él
le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y
61 tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro:
Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los
62 que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo
su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de
Dios.
10 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros se-
tenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad
2 y lugar adonde él había de ir. Y les decía: La mies a la verdad