Page 1511 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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1507 Hechos 14. 23–15. 12
permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a tra-
vés de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Y 23
constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con
ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia. Y habiendo 24, 25
predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalia. De allí 26
navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomenda-
dos a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido. Y 27
habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán gran-
des cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la
puerta de la fe a los gentiles. Y se quedaron allí mucho tiempo 28
con los discípulos.
Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los her- 15
manos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no
podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé tuviesen una discu- 2
sión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen
Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los
apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. Ellos, 3
pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por
Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y
causaban gran gozo a todos los hermanos. Y llegados a Jeru- 4
salén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancia-
nos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.
Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se 5
levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles
que guarden la ley de Moisés. Y se reunieron los apóstoles y 6
los ancianos para conocer de este asunto. Y después de mu- 7
cha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos,
vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió
que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y
creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, 8
dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ningu- 9
na diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe
sus corazones. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo 10
sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros pa-
dres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por 11
la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que
ellos. Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a 12