Page 1516 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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17. 8–25 Hechos 1512
contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey,
8 Jesús. Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciu-
9 dad, oyendo estas cosas. Pero obtenida fianza de Jasón y de
10 los demás, los soltaron. Inmediatamente, los hermanos envia-
ron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo
11 llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran
más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron
la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escri-
12 turas para ver si estas cosas eran así. Así que creyeron muchos
de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres.
13 Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Be-
rea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y
14 también alborotaron a las multitudes. Pero inmediatamente
los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas
15 y Timoteo se quedaron allí. Y los que se habían encargado
de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibi-
do orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más
16 pronto que pudiesen, salieron. Mientras Pablo los esperaba
en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada
17 a la idolatría. Así que discutía en la sinagoga con los judíos
18 y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. Y
algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban
con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y
otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les
19 predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. Y tomán-
dole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué
20 es esta nueva enseñanza de que hablas? Pues traes a nuestros
oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir
21 esto. (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes
allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en
22 oír algo nuevo.) Entonces Pablo, puesto en pie en medio del
Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois
23 muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santua-
rios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción:
AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin
24 conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo
y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la
25 tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni