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Lunes 6 Agosto 2018


         imperios, y  otro  personaje, como         2º LEC TU RA
         un hijo de hombre, es decir, una      Lectura de la segunda carta
         persona humana, pero  que viene     del apóstol san Pedro 1, 16-19
         de las nubes, lugar de la presencia   Queridos hermanos:
         divina, y recibe el poder arrebata-  No les hicimos conocer el poder y
         do a las fieras, un reinado eterno.   la Venida de nuestro Señor Jesucristo
         A esta expresión, “hijo de hombre”   basados en fábulas ingeniosamente
         la apocalíptica judía posterior a   inventadas,  sino como testigos ocula-
         Daniel lo interpreta en forma in-  res de su grandeza. En efecto, él reci-
         dividual: ser misterioso que al fin   bió de Dios Padre el ho nor y la gloria,
         de los tiempos se sentará sobre   cuando la Gloria llena de majestad le
         su trono de gloria como juez uni-  dirigió esta palabra: «Este es mi Hijo
         versal, salvador y vengador de los   muy querido, en quien tengo puesta mi
         justos, que vivirán cerca de Él des-  predilección.»
         pués de su resurrección. La creen-  Noso tros oímos esta voz que venía
         cia de este salvador celestial pre-  del cielo, mientras estábamos con él en
         para el uso evangélico del “Hijo del   la montaña santa.
         Hombre”. Expresión que encontra-    Así hemos visto confirmada la pa-
         mos exclusivamente en labios de   labra de los profetas, y ustedes hacen
         Jesús. En ese “Hijo del Hombre”   bien  en prestar  atención a  ella, como
         está la verdadera esperanza. No   a una lámpara que brilla en un lugar
         una liberación política o económi-  oscuro hasta que despunte el día y
         ca, sino una liberación interior, el   aparezca el lucero de la mañana en sus
         “Reino de Dios” mediante un hijo   corazones.
         del hombre”.  Se esta anunciando
         el Apocalipsis.
                                          Palabra del Señor.
                                                      ALELUIA
                   SALMO                              Mt 17, 5c
        Sal 96, 1-2. 5-6. 9 (R.: Cf. 1a y 9a)
                                             Aleluia.
       R. El Señor reina, altísimo por encima   Este es mi Hijo muy querido, en
       de toda la tierra.                 quien tengo puesta mi predilección: es-
                                          cúchenlo.
         ¡El Señor reina! Alégrese la tierra,   Aleluia.
       regocíjense las islas incontables. Nu-
       bes y Tinieblas lo rodean, la Justicia y      EVANGELIO
       el Derecho son la base de su trono.   R.  Evan ge lio de nues tro Señor Jesu cris to
                                               se gún san Marcos 9, 2-10
         Las montañas se derriten como cera
       delante del Señor, que es el dueño de   Jesús tomó a Pedro, Santiago y
       toda la tierra. Los cielos proclaman su   Juan, y los llevo a ellos solos a un
       justicia y todos los pueblos contemplan   monte ele va do. Allí se trans fi gu ró en
       su gloria.                                           R.  pre sen cia de ellos. Sus ves ti du ras se
                                          vol vie ron res plan de cien tes, tan blan cas
         Porque tú, Señor, eres el Altísimo:   como nadie en el mundo podría blan-
   20  estás por encima de toda la tierra, mu-  que ar las. Y se les apa re cie ron Elías y
                                          Moisés, con ver san do con Jesús. Pedro
       cho más alto que todos los dioses.    R.
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