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Miércoles 1 Agosto 2018
estoy con ti go para sal var te y librar te sin rebel día ni peca do de mi parte, Se-
-orá cu lo del Señor-. Yo te libra ré de la ñor. R.
mano de los mal va dos y te res ca ta ré
del poder de los vio len tos. Yo miro hacia ti, fuer za mía, por-
que Dios es mi balu ar te; él ven drá a mi
Palabra de Dios. encuen tro con su gra cia y me hará ver
la derro ta de mis ene mi gos. R.
COMENTARIO Pero yo can ta ré tu poder, y cele bra ré
Fijémonos en una promesa, que tu amor de madru ga da, por que tú has
pasa desapercibida, en la lectura sido mi for ta le za y mi refu gio en el peli-
que Dios le hace a Jeremías: Esta gro. R.
promesa esta condicionada, tie-
ne una condición: “si separas lo ¡Yo te can ta ré, fuer za mía, por que
precioso de la escoria, serás mi tú eres mi balu ar te, Dios de mise ri cor-
portavoz”. La promesa es ser la dia! R.
boca de Dios, es decir, hablar la ALELUIA
Palabra de Dios. Quien habla Pa-
labra de Dios es un bendito, en su Jn 15, 15b
boca ha sido derramada la Gracia. Aleluia. Dice el Señor: yo los llamo
Pero para ello, se debe separar lo ami gos, por que les he dado a cono cer
precioso de la escoria, es decir, se todo lo que oí de mi Padre. Aleluia.
debe hacer una tarea de limpieza,
de discernimiento, de purificación EVANGELIO
para saber qué es aquello que vie-
ne de Dios y aquello que es de la Evan ge lio de nues tro Señor Jesu cris to
persona. La promesa no es hablar se gún san Mateo 13, 44-46
con su opinión personal, con sus
ideas con fuerzas; la promesa es Jesús dijo a la mul ti tud: «El Reino
hablar la Palabra de Dios. Los pre- de los Cielos se pare ce a un teso ro
dicadores hemos de estar alerta a escon di do en un campo; un hom bre lo
no predicar nuestra palabra; como encuen tra, lo vuel ve a escon der, y lleno
Iglesia hemos de estar atentos a de ale gría, vende todo lo que posee y
no predicarnos sólo a nosotros com pra el campo. El Reino de los Cielos
mismos; como Iglesia hemos de se pare ce tam bién a un nego cian te que
predicar a Dios, ser la boca de se dedi ca ba a bus car per las finas; y al
Dios. encon trar una de gran valor, fue a ven-
der todo lo que tenía y la com pró.»
SALMO
Sal 58, 2-4. 10-11. 17. 18 (R.: 17d) Palabra del Señor.
R. Señor, tú eres mi refu gio en el peli gro. COMENTARIO
Líbrame de mis ene mi gos, Dios mío, En el día que celebramos la me-
defién de me de los que se levan tan con- moria de San Alfonso María de
tra mí; líbra me de los que hacen el mal Ligorio, la Iglesia nos propone un
y sál va me de los hom bres san gui na- evangelio maravilloso. Jesús dice
rios. R. que el Reino es muy parecido a un
tesoro y a una perla. Ambos son
4 los pode ro sos se con ju ran con tra mí; muy valiosos. Y ambos son bus-
Mira cómo me están ace chan do: