Page 7 - Asociación Argentina de Actores
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Queremos vivir más, pero no asumir las consecuencias de ello. Para eso ya hemos inventado
lugares donde encerrar a nuestros ancianos que ya no pueden hacer otra cosa más que estar
sentados en su silla de ruedas al sol, ya no nos sirven como referente, su vida y su experiencia.
Han perdido el valor en una sociedad que vive de lo que el presente dictamina. Bueno, miento
un poco. Los ancianos si que interesan, son un negocio redondo.
Pero esto ocurre aquí, donde la eutanasia aún no está legalizada, aunque se estén dando pasos
para ello, en mi opinión, como es el testamento vital, aprobado ya primero en Cataluña a través
de la Ley 21/2000, el 29 de diciembre del año 2000, y en el resto de España, por unanimidad en
el Congreso de los Diputados el 20 de junio de 2002.
Por ejemplo, en Holanda, según el Informe Remnlik, de 1991, en 1990 hubo más de 12000
casos de eutanasia en los cuales los médicos tomaron decisiones sobre las vidas de sus
pacientes en más de la mitad de los casos sin el consentimiento de éstos. Estas medidas tienen
unas consecuencias directas, de las cuales, la más significativa es que Holanda es el país
europeo más atrasado en cuanto a la medicina paliativa de Europa.
En general, la aceptación de la eutanasia, lleva consigo una serie de consecuencias como:
- la utilización de la eutanasia, como ya hemos dicho, frena la investigación y el avance de la
medicina. Sabemos que lo que impulsa a la investigación son los procesos, para desarrollar
nuevas terapias tanto curativas como paliativas.
- tanto la eutanasia, como el aborto, como la clonación, generan y fomentan una mentalidad
eugenésica, negándonos nuestra dignidad como personas y nuestros derechos, sobre todo, el
derecho a la vida.
- la generalización de la eutanasia fomenta la mentalidad de que una vida con limitaciones no
merece la pena ser vivida (que se lo pregunten a Stephen Hawkins).