Page 11 - Siempre que pensamos en la opinión que tienen las personas sobre expresiones artísticas urbanas, es decir, que en varias ocasiones no son concebidas como legítimas, se recurre al imaginario de que la mayoría las asocia con actividades ilegales, pero ¿Esto
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Ya que este arte transgrede espacios privados y públicos
muchas veces puede percibirse como agresivo ante el lente del
espectador, confundiendo en esencia lo que puede llegar
contribuir la correcta realización de este arte frente al desarrollo
de la vida social “disputando las posiciones hegemónicas que
pugnan por difundir imaginarios sobre la sociedad.” (M. Herrera
y V. Olaya. 2011, p. 103). Uno de estos imaginarios que disputa
precisamente se encuentra alrededor de la cultura que rodea a
este arte, puesto que desde los años 80 se ha venido
compaginando con la cultura hip hop, compartiendo escena
para producir un mismo resultado.
Es de esta manera como estos sujetos pueden hacer uso de su
derecho a la libre expresión, anunciando una crítica ilustrada
que contiene memorias, temporalidades y posibilita la
construcción de una conciencia política frente a realidades
locales e internacionales materializando estas intenciones más
allá del discurso ideológico (M. Herrera y V. Olaya. 2011, p.
115)
Una de las tantas intenciones que se quiere presentar a la hora
de abordar el grafiti es la revitalización del espacio público que
junto con las instituciones públicas y privadas se ha logrado
permear la legislación Colombia para generar un campo para el
ejercicio de esta actividad, fuertemente reglamentado y
respetando la propiedad privada, en Colombia s encuentra
reglamentada desde el 2002 bajo la alcaldía de Gustavo Petro y
se llevaron a cabo distintos proyectos como lo es “Barrio de
colores” en el que se involucraron 300 casas que fueron
pintadas para lograr un efecto de apropiación y bienestar dentro
de la comunidad que se veía afectada por la delincuencia. (C
Portilla, I Darío. 2018, p. 21).