Page 62 - CAMINOS SIN GLORIA
P. 62

Autor: Juan Carlos Cuervo Otálora

            reaparecía y una a una las situaciones fueron dando meya en
            un amor que creía  eterno aun cuando seguíamos teniendo
            nuestro pacto. Aun así seguíamos conviviendo y ella en su
            amor  y  su  carácter  trataba  de  comprenderme  me  brindo
            todo lo que a su haber podía y su familia en todo ese tiempo
            me brindaban cuanto  ellos podían su afecto su amistad y las
            cosas materiales que su madre de una u otra manera enviaba
            desde el país lejano pensaba en mi y me enviaba todo lo que
            su  corazón  le  cabían  en  muestra  de  afecto  por  la  ayuda  y
            cariño   que yo sentía  hacia su hija  y sus padres cada vez
            que me necesitaban; tuve todo en mis manos  aunque no fui
            millonario    lo  mas  importante  el  amor  que  tanto  había
            anhelado  desinteresado  sin  complicaciones  en  fin  muchas
            cosas que cualquiera desearía tener.

                   Paseamos  por  muchos  lugares  aprovechando  las
            vacaciones  o  los  fines  de  semana,  era  la  oportunidad
            perfecta  para  brindarle  más  tiempo  del  que  normalmente
            teníamos    por  mi  trabajo,    aun  cuando  vivíamos  juntos  y
            dormíamos  juntos. Ella disfrutaba cada viaje cada momento
            y en casa muy amorosa y dedicada, por eso muy muy raras
            veces  casi nunca llegaba tarde, borracho o con excusas; las
            pocas llegadas tarde lo sabe bien ella que fueron por trabajo
            y  que  me  ausente  por  días  por    lo  mismo  viajando  a
            Nicaragua, México, Panamá pero siempre pendiente de ella,
            lo sabe  su corazón y el mío.



            5.5 La mascota ideal






                                       62
   57   58   59   60   61   62   63   64   65   66   67