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que la tengan cerca. En este mundo lleno de caos necesitamos que todos
tengamos una ‘Delia’ en nuestro interior.

Cada uno seguramente tendrá una historia para contar, yo tengo
la mía y ha llegado el momento del desenlace. Me han notificado que
debo regresar a mi servicio. Y si, muchas sensaciones vienen a mí, qui-
siera explicarlo, pero no encuentro las palabras solamente puedo decir:
“¡Gracias!”
Han sido meses muy duros, en los que tuvimos pacientes graves, fami-
lias desesperadas por tener noticias detrás de un teléfono, turnos al borde
del colapso con pocos minutos para comer algo y seguir trabajando. Días
difíciles donde el agotamiento mental y físico cada vez acechaban con
más fuerza. Pero siempre he visto el vaso medio lleno y sé que cada
momento, por malo o bueno que sea, siempre me dejará una enseñanza.

Entre algunas de ellas, destaco el amor a la vida porque el mejor libro
para aprender medicina es el paciente. Empecé a desenvolverme mejor,
a escuchar con profundidad, comprender y que ante todo siempre debo
conservar mi humanismo.
Aprendí muchísimo de mis compañeros, de sus historias y quiénes
son. Sí, también tienen emociones, sensaciones, miedo, porque somos
seres humanos y tenemos una vida que va más allá del hospital y su
cotidianidad. Un verdadero honor trabajar y compartir con cada uno de
ustedes; lo escribo en presente porque siempre nos volveremos a encon-
trar. “¡Namasté!” 2

Todo absolutamente todo ha valido la pena.

Dedicado a Delia, mi abuela
A su memoria.
Gracias por ser mi inspiración.

.A mi madre
Gracias por ser mi soporte incondicional
Por ti soy lo que soy.

A mi hermano
A mis amigos
Gracias por su apoyo y estar siempre pendientes.

1 Vocablo de origen sánscrito que puede utilizarse como saludo o despedida.
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