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6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
Usted le pregunta a su congregación, ¿está usted dando una ofrenda como Abel o está dando una ofrenda como Caín? Caín dio una ofrenda que él podía recuperar, por eso su ofrenda salió del suelo. Abel dio una ofrenda que él sabía no iba a regresar, por tanto, Dios tenía que presentarse. La lección aquí es que Dios se va a presentar, así como Dios siempre quiere ser el primero en todas las áreas de tu vida.
Muchas veces, el mensaje de los Diezmos y Ofrendas dice que, si solo das, todo va a estar bien y Dios te bendecirá. Pero esto no es cierto. Dios no está impresionado con el dinero que Él ya te ha dado. Lo que mueve a Dios es tu tiempo para El, tu vida de oración, tu vida en la iglesia y tus diezmos y ofrendas. Así como no puedes hornear un pastel y dejar fuera algún ingrediente, no puedes dejar fuera ninguna de estas cosas,
Malaquías 3:8-11 (RVR1960) 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.