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OPINIÓN

Mi experiencia como alumna con deficiencia visual

Voy a contar mi experiencia como persona con una discapacidad visual. En mi caso ha habido una
evolución, mi invidencia ha ido pasando por diversas etapas, que se podrían resumir en dos: la primera
en la que aún veía, y la segunda, que es la actual, en la que no veo prácticamente nada.
La primera se resume en tener algo más de un 30% de visión, por lo tanto poder hacer cosas como
escribir en tinta, leer libros normales, jugar a video-juegos, incluso en actividades grupales como
campamentos, ayudar a las personas nuevas totalmente invidentes.
Y ahora pasamos a la etapa actual. Al haber perdido totalmente la visión las cosas que antes hacía ahora
las tengo que hacer con ayuda, así por ejemplo para mi vida escolar he tenido que comenzar a utilizar
materiales nuevos como el ordenador, el bastón, el teléfono con lector de pantalla, etc, y también para
mi vida cotidiana estos apartaos me son de gran utilidad, además ahora necesito más ayuda para ir a los
sitios.
Y lo que sin duda se me ha revelado como una evidencia es el tema de las barreras arquitectónicas:
desde que veo menos salir por el pueblo es una odisea, necesito ayuda para salir por Cangas, ya que la
gente conduce como quiere y no hay ni un triste semáforo adaptado, pero esto no solo vale para mí, es
un problema que comparto con todas las demás personas que tienen alguna discapacidad, visual,
motórica, gente mayor, mamás con bebés, etc.
Cuando estoy en el Instituto, cada vez más tengo que ir acompañada de alguien para que me eche una
mano con el material o con la localización de los espacios…. Eso sin contar con que en los cambios de
clase la gente va apurada y sin mirar y es fácil que haya algún encontronazo.
En el terreno personal, también la situación ha ido empeorando, puesto que noto que
desde que perdí la visión totalmente la gente está más distante, parece que les cuesta más entablar
conversación conmigo, y quizá sea porque no saben cómo relacionarse conmigo y creen que necesito un
trato especial…Pero la falta de visión no impide la conversación!
Azahar Menéndez Fayos. 2º ESO B 5