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LA CALA CAÍDA DE CONSTANTINOPLAÍDA DE CONSTANTINOPLA
LA CAA CAÍDA DE CONSTANTINOPLAÍDA DE CONSTANTINOPLA
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Por: Por: Marina RenesesMarina Reneses, , Carlota Pastor y Laura GCarlota Pastor y Laura Gómezómez
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Por: or: Marina RenesesMarina Reneses, , Carlota Pastor y Laura GCarlota Pastor y Laura Gómezómez
BAYACETOBAYACETO ELEL RAYORAYO
BAYACETOAYACETO ELEL RAYORAYO
B
Se despertó en aquella jaula pequeña , fría ,con aquellos gruesos barrotes de un
hierro inquebrantable. Le invadió aquella sensación de vacío, desastre y humillación.
Sabía que no aguantaría mucho más, porque para sobrevivir, aparte de comida y
agua, se necesitaban ánimo y ganas. Le dolía todo el cuerpo por pasarse el día
tirado sin siquiera poder moverse. Empezó a recordar, por enésima vez la cadena de
sucesos desagradables que le habían llevado allí.
Todo empezó cuando decidió emprender marcha a Constantinopla desde
Andrinópolis, para acabar la guerra que sus antepasados habían empezado. Hacía
casi cien años que los turcos habían empezado a invadir partes del imperio bizantino.
Su padre había tomado gran parte, antes de morir. Ya solo quedaba Constantinopla,
la capital, para derrotar a los bizantinos. Y como sultán, esa tarea era suya. Entonces
decidió formar un ejército de jenízaros, soldados brutales, educados desde niños
para ir a la guerra, y marchar a los Balcanes. En ese momento le llegaron noticias de
que Manuel II, el soberano de Constantinopla, había hecho una llamada general en el
nombre del cristianismo ortodoxo a los pueblos cristianos de Europa. La llamada le
había llegado al emperador de Alemania, Segismundo, que acudió buscando ayuda
a Juan sin Miedo, el duque de Borgoña y a sus ocho mil hombres, que marcharon a
los Balcanes a hacerles frente a él y a su ejército.
Pero Bayaceto, que se había ganado el apodo de “El Rayo” por sus ataques rápidos
y repentinos, tenía un plan.