Page 13 - Villacarrillo Fiestas 2017 revista
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al verla prender a los hombres  une a un grupo de muchachos  hablar con su padre, aunque
                  con  la  mirada,  llega  a  inquie-  de su edad; delante va Luisa,  Manuel ya conoce su relación
                  tarlos; en varias ocasiones ha  “la Luna”, su primer amor.  con Luisa, pues su madre no
                  estado tentada a decirle que, si  Cada noche, arrecido por el  se lo habrá ocultado; después
                  el hombre es para una mujer,  frío, liado en la vieja capa del  lo hará con el padre de Luisa y
                  la mujer es para un hombre, y  abuelo Eusebio, permanece  con su aprobación podrán lle-
                  que si ese hombre es su hijo,  apegado a la puerta de Luisa y  var su noviazgo con la libertad
                  que deje el coqueteo que trae  a través de un postiguillo (sic)  y seriedad propia del compro-
                  con los demás. Andrés cum-        hablan en susurros y se musi-     miso. De vuelta, a las sombras
                  plirá diecinueve años el próxi-   tan palabras amorosas. Varias  del atardecer, Luisa le ha dicho
                  mo febrero. Es el mayor de los  noches atrás, ella le dijo que le  que vaya esta noche, como de
                  hermanos solteros; Eusebio, el  quería; él le dijo que la ama-      costumbre.
                  mayor de los cuatro, contrajo  ba y percibió en su ánimo el
                  matrimonio el pasado mes de  sentimiento del primer amor  Debilitados por la azotaina re-
                  noviembre y se mudó en una  correspondido, recíproco. Al  cibida durante la recolección,
                  vivienda de vecinos de la calle  través del reducido ventanillo,  esperan las olivas el desahogo
                  de abajo.                         sus labios se unieron y sintió el  de la maleza superflua: labor
                                                    deseo vehemente de desleír la  de  poda.  Columnas  de  humo
                  Andrés, somnoliento, entra en  madera de la puerta y abrazar-       blanco, distribuidas  por  la
                  la cuadra y deja sobre el pe-     la, estrecharla entre sus brazos  campiña, delatan las lumbres,
                  sebre el pienso que comerán  y besarla sin contención; la  perdurables  con  la  romaniza
                  las dos mulas y la yegua antes  pasión le quema como una ho-        (sic) que las alimenta. Golpes
                  de partir hacia las olivas; de  guera. No entiende a su madre  secos de hacha contrapuntean
                  madrugada, su padre les echó  cuando le dice que Luisa da pa-       los sonidos que la primavera     13
                  el primer pienso. Acabada la  lique a otros muchachos; que  trae al campo.
                  operación, toma una taza de  otras noches, antes de llegar él,
                  café con leche caliente y unos  ya ha estado hablando por el  Andrés ha visitado a Luisa du-
                  picatostes; saca las bestias y  ventanillo con Jacinto, el hijo  rante las noches pasadas. Pe-
                  las deja sujetas de los ranzales  de Alfonso “Cachopán”. Él no  sadumbre, duda, desconfianza,
                  (sic) a las anillas de la fachada;  admite esa falsedad, no puede  incertidumbre,…, caen como
                  una vez aparejadas, coloca las  ser verdad; le ha jurado que  una losa sobre sus sentimien-
                  agüaeras (sic) sobre una de las  únicamente vive para él, que  tos y se subliman en horribles
                  mulas y sujeta el cántaro, las  tiene que ir tarde a hablar, así  celos, en la sospecha de que
                  barjas, la bota de vino y las va-  su familia duerme y la calma de  su amada esté en los brazos de
                  ras de varear.                    la madrugada abriga y encubre  otra persona … y vive amarga-
                                                    sus amores.                       do, aunque ella lo lleve a otra
                  No ha amanecido y salen hacia                                       realidad. Le dice que no es ver-
                  el olivar; Eusebio y Lucía, su  Los olivos, sorprendidos por  dad, que son suposiciones; que
                  esposa, se les unen en la esqui-  el frío de la noche, estrujados  hace caso de lo que dicen los
                  na de abajo. Dolores se ha que-   por la escarcha, están encogi-    demás, que es impensable que
                  dado atrás cerrando la puerta  dos, yertos. Si apretáramos un  pueda amar a otro hombre que
                  de la casa y deja la llave en la  puñado de sus hojas, se desme-    no sea él.
                  carbonería de enfrente. De una  nuzarían en mil pedazos; la ca-
                  carrerilla, arrebozándose en el  lidez de los primeros rayos de  Así transcurre el tiempo. Du-
                  chal de lana negra, la menuda  sol devolverán al árbol su con-      rante el día se debate entre
                  mujer alcanza a su familia.       textura natural.                  celos ardientes, en un sinvivir.
                                                                                      El  amanecer le sorprende en-
                  Numerosas cuadrillas de acei-     Durante la mañana los aman-       vuelto por el dolor; se debate
                  tuneros coinciden en el cami-     tes han cruzado sus miradas.  en la incertidumbre y rechaza
                  no, comienza el amanecer. La  Por ahora, su relación perma-         las consejas de su madre. Sien-
                  distancia a la que queda el oli-  nece guardada, la recolección  te miedo a perderla y vuelven
                  var es considerable. Andrés se  acabará y será el momento de  las palabras de Luisa: su amor
                                                                      VILLACARRILLO FERIA Y FIESTAS 2017
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