Page 4 - PORTFOLIO, Marta Sánchez Mañogil
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La Institución llevó a cabo una importante tarea de renovación cultural y pedagógica. En sus
                           estatutos se declaraba ajena a todo interés religioso, ideología o partido político,
                     proclamando el derecho a la libertad de cátedra y el respeto a la conciencia individual.
                   En su ideario pedagógico, apostó por una escuela neutra, tolerante y abierta a la realidad
                exterior. Un centro sin separación entre primaria y secundaria, con enseñanza cíclica, donde
                    la actividad personal y la experiencia creativa del alumno (utilizando diversas fuentes de
                                                          aprendizaje) constituía el eje del trabajo escolar.
                La Institución se propone, ante todo, educar a sus alumnos. Para lograrlo tiene como base el
                principio de la ``reverencia máxima que al niño se debe´´. Quiere cultivar en la juventud, con
                    total libertad, la elaboración de sus normas de vida. Pretende despertar el interés de los
                  alumnos hacia una amplia cultura general, donde agrupa tanto los conocimientos de cada
                      época, para que ellos desarrollen su educación profesional dentro de ella, como crear
                                              personas capaces de concebir un ideal, gobernar su vida, etc.
                    La Institución considera indispensable la activa cooperación con las familias, excepto en
                casos anormales. Considera a la familia como el medio más íntimo en que el niño se forma y
                                                                                  cultiva su individualidad.

                   Las ideas pedagógicas progresistas se hacen evidentes en las propuestas educativas de la
                   escuela nueva. Uno de los aspectos fundamentales de esta tendencia es la propuesta de
                una transformación total del sistema escolar, mediante el cual el estudiante se convierte en
                           el centro del sistema escolar, alrededor del cual giran los procesos de la escuela.
                         La educación era integral, ya que se proponían formar íntegramente a los alumnos
                trabajando su parte intelectual, al igual que su parte afectivo social. Que los libros no sean la
                    única fuente de aprendizaje, que estén en contacto con la naturaleza, con el arte, etc. El
                   juego tenía un papel importante en esta pedagogía, ya que a través de él manifiestas sus
                    aptitudes, sus sentimientos, etc. También se centraron en fomentar la creatividad de los
                                                     alumnos, para ayudarlos a potenciar sus posibilidades.

                   Tras la implantación de la II República, la educación se convirtió para los republicanos en
                  una prioridad, confiando en la capacidad de la escuela para crear una sociedad moderna y
                democrática. El Estado y la iglesia intervenían en la educación, por lo que era una enseñanza
                                                                católica que seguía la doctrina del papado.
                   Debido a esto surgió la ILE, que giraba en torno a una enseñanza libre de ideas políticas y
                            religiosas. Estos planteamientos se vivieron con gran intensidad en Alicante. Los
                 republicanos y progresistas acusaban a los jesuitas de transformar a los niños en fanáticos,
                            mientras que los católicos atacaban a las escuelas laicas y defendían a la Iglesia.
                  El krausismo y la ILE en Alicante tuvieron cierta difusión. Hubo alicantinos accionistas de la
                   ILE, como Manuel Ausó Arenas. Otros participaron directamente en este proyecto, como
                    Eduardo Soler Pérez, que aplicó de forma pionera muchas de las propuestas de la ILE. El
                                                        representante más prestigioso fue Rafael Altamira.
                    En esta época, la Enseñanza Primaria carecía de importantes materiales y de escuelas, y
                también se veía afectada por la deuda de los municipios con los maestros. A finales del S.XIX
                           la situación mejoró con la apertura de nuevas escuelas que, no obstante, seguían
                       presentando unas condiciones pésimas. En consecuencia, las tasas de analfabetismo


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