Page 31 - REVISTA STAR SEP-OCT 2021
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Sentía un ambiente de acogida, yo estaba muy sorprendida, todos
eran jóvenes universitarios de distintas facultades, la mayoría de la
UNAM. En ese momento recordé el pasaje en el cual San Pablo fue
interceptado en su camino a Damasco para darse cuenta de algo…
yo me di cuenta que no era la única universitaria que creía en Dios.
La parroquia pertenece a los frailes dominicos. Yo nunca había
tenido contacto con ningún fraile y mucho menos sabía a qué se
dedicaban; pero desde ese día, mi vida empezó a dar un giro.
Yo empecé a asistir a las reuniones cada 8 días. Se discutían temas
de lo que se estaba viviendo en el momento, cada cual tenía su punto
de vista desde su contexto, desde lo que estudiaban. El encargado
era Fray Juan Efraín.
Fray Juan me invitó a la misión que realizarían en Semana Santa a
Oaxaca y yo muy contenta accedí.
Esa misión marcó mi vida, como joven y como universitaria; entendí
que todo lo que hacemos tiene un sentido. Ninguna carrera es mala
o más humana que otra, simplemente depende de cómo se ejerza.
Mi carrera recobró sentido y con gran orgullo la terminé en junio de
ese mismo año.
Empecé con los tramites de titulación, lo cuales no tuvieron mucho
éxito, en diciembre de 2015 presenté el examen de conocimientos,
el cual no aprobé. Entré en una crisis muy fuerte dentro de mi vida
estudiantil, pero mi familia, amigos y mi comunidad universitaria,
estuvieron ahí.
Ya para Semana Santa de 2016 volvimos a prepararnos para irnos
de nuevo a misión a Oaxaca, esa misión la recuerdo como un
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