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el NOSTRE RACÓ Hay que ser “egoísta” Marc Lladó
Estamos ante una generación que ha tenido una vida llena de sacrificios. Desde pequeños se les inculcó que tenían que trabajar y es lo que han hecho durante toda su vida. Primero para ayudar a sus padres, después para mantener a sus hijos y a su propia familia, y aún les han quedado fuerzas para encargarse de sus nietos.
Actualmente se encuentran en una etapa más pasiva en la que gozan de lo que parece ser un merecidísimo descanso. En este punto aparecen una serie de personas que les ofrecen activi- dades y retos físicos y mentales. La pregunta que les surge a muchos es clara: ¿Por qué no me dejan tranquilo/a? ¡Quiero descansar!
Para obtener una respuesta, hay que analizar los pros y contras de cada opción. Está demostra- do que si un cuerpo sano es privado de movimiento, va a enfermar. En otras palabras, la vida es movimiento y el movimiento es vida.
No puedo pretender no tener dolores, tener bien la tensión arterial, buen tránsito intestinal, piel en buen estado, no tener sensación de ahogo...si me quedo sentado todo el día.
Si yo invierto tiempo en “cuidar” mi cuerpo me mejorarán los dolores que tengo, se me regula- rá la tensión arterial, me mejorará el tránsito intestinal, disminuiré el riesgo de úlceras, respiraré mejor, tendré mayor agilidad mental...¡Me sentiré mejor!
¿Qué tengo que hacer? Moverme, andar, hacer gimnasia, mantener conversaciones, tomar el sol, comer bien, sentirme útil, así que... ha llegado el momento de ser egoísta, el trabajo que se les propone tiene el único objetivo de beneficiarse uno mismo. Son innumerables los bene- ficios de andar, hacer gimnasia física, mental...Hasta ahora, la mayoría de sacrificios que han hecho a lo largo de su vida eran para beneficiar a sus más allegados.
Es el momento de trabajar para uno mismo, hay que ser “egoísta” después de una vida llena de generosidad.
#1
enero 2019
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la vida es movimiento y el movimiento es vida