Page 131 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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136 MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA
el joven se acostó en su lecho y el sueño se apoderó de su cuerpo. Su mu
jer llenó una [escudilla de vino y] otra escudilla con ceveza. [Y una ser
piente] salió [de su] agujero para morder al joven: su esposa estaba sen
tada a su lado, pero no dormía. Entonces las [escudillas] atrajeron(P) a la
serpiente: bebió y se emborrachó; entonces se durmió, y se echó (sobre
su espalda). Y su [mujer la hizo] pedazos con su hacha. Entonces se des
pertó su marido [...........] /[8,5] y ella le dijo: «¡Y bien!, tu dios26 ha pues
to uno de tus destinos en tu mano; él velará [aún por ti en el futuro». Él]
hizo entonces ofrendas a Ra, adorándole y exaltando su poder, cada día.
Y después de que [hubieran pasado días tras esto], el joven salió para pa
searse como diversión(?) por su dominio; [sin embargo su esposa] no salió
[con él]27, en tanto que su perro le acompañaba. Entonces su perro recibió
la facultad de hablar28[y dijo: «Yo soy tu destino»]29. Entonces se puso a co
rrer ante él3" y, habiendo llegado al río, bajó al [agua, huyendo ante él] / [810]
,
perro. Pero el cocodrilo lo [atrapó] y lo llevó al lugar donde estaba (normal
mente) el espíritu de las aguas; [precisamente el espíritu de las aguas estaba
ausente(?). Y el] cocodrilo dijo al joven: «Soy tu destino, que te ha persegui
do. He aquí que hace [tres meses enteros] hasta ahora que combato con el
espíritu de las aguas31. Pero, mira, estoy dispuesto a devolverte la libertad. Si
mi [enemigo aparece] para combatir [.......] y quieres tomar mi partido(?),
mata al espíritu de las aguas. Y si tú ves al [......] miraj2 al cocodrilo».33
Y después de que la tierra se aclarara y que un segundo día hubiera
llegado [el espíritu de las aguas] volvió.
(Aquí se corta el manuscrito)
26 El príncipe, que es egipcio, no tiene los mismos dioses que su mujer. Lo que sigue mues
tra que es un fiel devoto de Ra. [N. del T.: No estamos muy seguros de que la explicación de Le-
febvrc sea la más adecuada. La princesa de Naharina aparece «egipcianizada» en sus actitudes re
ligiosas, según un recurso literario (y antropológico) sobradamente conocido que atribuye al
«otro» la misma mentalidad, costumbres y valores. Así, cuando le van a arrebatar al príncipe que
acaba de alcanzar su ventana, lanza juramentos poniendo por testigos a Ra y a Ra-Harakhti (véase
más arriba). Más bien se refiere a su dios «personal», esa divinidad íntimamente vinculada con
el individuo y con su suerte, bien conocida en la mitología y en los sitemas religiosos semíticos
del Oriente Antiguo ν cuvo papel en Egipto aún está por estudiar.]
27 Restitución y sentido dudosos.
2HLit: «Tomó la palabra». El perro habla, como más adelante también el cocodrilo.
29 Restitución debida a Spiegelberg, pero que, a juicio de Gardiner, sería demasiado larga
para la laguna (no se impone, por otra parte, por el sentido).
La frase parece significar que el príncipe se puso a correr delante de su perro, del que tra
taba de alejarse.
31 Para escapar del cocodrilo, el joven príncipe debía combatir contra el espíritu de las aguas,
y, si no vencerlo, al menos ayudarlo a desembarazarse de su enemigo.
32 Tras la laguna es posible que aparezca el verbo ptJ «contemplar», en imperativo.
3Í [N. del T.: Es de destacar que el «destino» que parece aceptar un cambio y ayudar al prín
cipe a superar su maleficio es el cocodrilo, cuyo papel «positivo», aliado con la justicia y las «bue
nas causas» sale a relucir en más de una ocasión en la narrativa egipcia, por ejemplo, en el «cuen
to del marido engañado» de Westcar, o en el relato del nacimiento maravilloso de los tres
primeros soberanos de la dinastía V, al final de ese mismo papiro (véase más arriba),..].