Page 92 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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96         MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE Ι.Λ  ÉPOCA FARAÓNICA


     das16...........] y leyó [sobre él una fórmula mágica, a saber:] «Quienquiera
     que venga [para] bañarse [en mi] estanque, [apodérate de él...........»]. /[3,1]
     Después  se  lo devolvió  al  [servidor]  y le  dijo:  «Una vez  que el burgués
     haya bajado al estanque, según su cotidiana costumbre17, arrojarás el co­
     codrilo  [de  cera]  tras  él».  El  [siervo]  regresó, llevando  /[3,5]  consigo  el
     cocodrilo de cera.
        La  mujer  de  Ubaoné  envió  a  decir  al  siervo  encargado  del  [jardín]:
     «Haz que  se prepare el pabellón que está en el jardín, pues he aquí que
     voy para allá para  estar un rato».  El pabellón  fue  entonces  provisto  de
     todo tipo  de cosas buenas.  Entonces  ellas  fueron18 y  (pasaron)  una jor­
     nada /[3,10] agradable con el burgués. Y cuando la tarde llegó, el burgués
     fue  (al estanque), según su cotidiana costumbre. El siervo arrojó enton­
     ces tras él, al agua, el cocodrilo de cera: éste [se transformó en] un coco­
     drilo de siete codos y se apoderó del burgués.
        [Entretanto]  Ubaoné estuvo  /[3,15]  con la Majestad del rey Nebka,
     j.v., durante siete días19, mientras que el burgués quedaba en lo más hon­
     do del [agua, sin] respirar. Cuando hubieron pasado los siete días, la Ma­
     jestad del rey Nebka, j.v.,  se puso en camino  [para llegar a Menfis], y el
     jefe-lector Ubaoné se puso ante el (rey)20 y [le]  dijo: «Que /[3,20]  tu Ma­
     jestad  tenga a bien venir, para  que vea  el prodigio  que  ha  sucedido  en
     tiempos de tu Majestad».  [El rey fue pues con]  Ubaoné y entonces  [este
     llamó]  al cocodrilo, diciendo: «¡Tráeme al burgués!».  [El cocodrilo]  salió
     [del agua y le llevó........... ]21.

        16 Después de su transformación en un cocodrilo vivo, el animal medirá siete codos, es de­
     cir, más de 3’65 m. Es preciso pues reconstruir aquí, tras el número siete, un submúltiplo del codo
     (mh), posiblemente la «pulgada», d b c, que equivalía  1/28 de aquél.  El cocodrilo de cera mediría
     entonces siete pulgadas, o sea 0Ί3 mt. Se notará la frecuencia del número siete en este cuento:
     siete pulgadas, siete codos, siete días. [N. del T.: No es extraño, dado que el siete es sin duda uno
     de los números más frecuentemente recogido en los textos mágicos y religiosos. Siete es el nú­
     mero que protagoniza un ritual del Papiro Mágico de Leiden; siete son las  Hathors (especie de
     «hadas madrinas») que asignan un destino al niño en la historia del Príncipepredestinado (véase más
     abajo);  múltiplos  de  siete  aparecen  en  expresiones  de  contenido  quizá  simbólico  o  religioso,
     como cuando se refieren los textos funerarios a los setenta días que ha de durar el proceso de
     embalsamamiento (aunque  técnicamente podría durar menos),  o  cuando Manetón dice que la
     dinastía  VII  (una de las más oscuras de la historia egipcia) co n stó  de «setenta reyes en setenta
     días». Cfr. para una primera aproximación al tema, y señalando además la necesidad de un estu­
     dio completo y monográfico de la cuestión: Ch. Jacq, Egyptian Magic,  1985, pp. 57 y ss.]
        17  Expresión inapropiada, puesto que  el burgués  no ha  tenido aún nada más que  una cita
     con la mujer del jefe-lector: pero se trata de un tópico (cfr. 1.  3, 11 y Orbiney,  1, 5; 4, 8; etc.).
        ly «Ellas», la mujer y la sirvienta,  siendo  esta  última,  como hemos  visto, cómplice  de los
     amores de su señora.
        iy Para estos siete días, véase más arriba, nota 9. Tras haber pasado una semana en la resi­
     dencia real, Ubaoné va a volver pues a Menfis, adonde acompaña al rey Nebka. En el intervalo,
     el jardinero había debido informar de que sus órdenes habían sido ejecutadas y que el burgués
     se hallaba en el fondo del agua con el cocodrilo.
        20 Ubaoné se destaca del séquito real y aborda al soberano en el momento de entrar en Menfis.
        21  Las 1. 23, 24 y 25  (en parte) de la pl.  3 son inutilisables.
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