Page 95 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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CUENTOS DEL PAPIRO WESTCAR 9«;
sa nueva cayó al agua. Desde ese momento ella se calló y dejó de remar'1,
y su grupo (también) se calló y dejó de remar. Dijo su Majestad:
«¿Cómo?, ¿no remáis más?». Ellas respondieron: «Nuestra capitana
/[5,20] se ha callado y ha dejado de remar». Su Majestad le dijo: «¿Por
qué, pues, no remas ya?». Ella respondió: «[Es que] un colgante en forma
de pez de turquesa nueva ha caído al agua». Y [su Majestad le dijo]:
«¿Quieres que yo te lo reemplace?». Pero [ella respondió: «Prefiero] mi
objeto [a su copia]34». Entonces [su Majestad] dijo: [«Marchad y traedme
al jefe]-lector [Djadjaemankh»]. Le fue llevado al punto.
Y su Majestad /[6,1] dijo: «Djadjaemankh, hermano mío, hice como
me dijiste, y el corazón de (mi) Majestad se ha divertido viéndolas remar.
Pero el colgante en forma de pez de turquesa nueva de una capitana se
cayó al agua; enseguida ella se calló y ha dejado de remar, de forma que
ha creado preocupación en su equipo. Yo le he dicho35: /[6,5] «¿Por qué
no remas más?». Ella me ha respondido: «Es que un colgante en forma
de pez de turquesa nueva se ha caído al agua». Y le he dicho: «Rema, y yo
te lo reemplazaré». Pero ella me ha respondido: «Prefiero mi objeto a su
copia»36.
Entonces el jefe-lector Djadjaemankh pronunció algunas palabras
mágicas37, y después puso una mitad del agua del lago sobre la otra mi
tad38, y encontró el colgante en forma de pez, /[6,10] que reposaba so
bre un tiesto: fue a buscarlo, de forma que fue devuelto a su propietaria.
Así el agua, que tenía doce codos por el medio39, había terminado por ser
de veinticuatro codos antes de haber sido devuelta. Pronunció entonces
algunas palabras mágicas y devolvió el agua del lago a su estado.
Su Majestad pasó todo el día festejando en compañía de toda la casa
real V.P.S., y después recompensó al jefe-lector /[6,15] Djadjaemankh
con todo tipo de cosas buenas.
’ ’ Lit. «ella se calló (es decir, no cantó más) sin remar (nn hnt}>>. Lo mismo en 1. 5,18; 5,20
y 6,4. |\. del T.: La muchacha en cuestión era la t|ue iba marcando el ritmo de las demás; al de-
jar de remar, las otras hacen lo mismo.]
34 Ver la nota 36.
n K1 narrador repite exactamente las palabras pronunciadas más arriba, 1. S,20-24. Es el mis
mo procedimiento que en el Náufrago, donde el pasaje 90-100 reproduce el de 25-40.
V Es decir: «Quiero la misma joya que he perdido, y no otra». Esta misma frase fue ante
l
riormente traducida: «Quiero mi vaso hasta su fondo», lo que sería una especie de proverbio, y
A. Erman, Die Literatur der Aegypler, cit., p. 68, se atiene a esta traducción (lo mismo que Roeder,
Aitägypt. Lr^ablungen, cit., p. 7). La interpretación «Yo prefiero (nir.L.s) mi objeto (hnw.i) a su
copia (snty.fyt parece preferible a la precedente·, se debe a E. Dévaud, en Sphinx, 11 (1908), p.
47-49; ha sido propuesta nuevamente por Spiegelberg en ZÀS 63 (1928), p. 150 y 64 (1929) p.
90-91, y después confirmada por Ch. Kuentz en BííA O 28 (1929), p. 107-111.
37 Ut. «dijo lo que dijo como magia». La misma frase más abajo 1. 6,12; 8,20; 8,25.
38 El mago corta una parte de la masa líquida, como si se tratara de algo sólido, y la coloca
sobre la superficie del agua, lo que hace que doble su altura.
39 Lit. «sobre su espina dorsal», es decir: en el lugar más profundo, en el medio. La misma
metáfora se encuentra en la inscripción de Khnumhotep II, Urk. VII, 26, 18; 27, 6, etc.