Page 12 - Portfolio_Maria
P. 12
en los ámbitos intelectuales alicantinos. Hubo alicantinos accionistas de la ILE como
Eleuterio Maisonnave o José Guardiola Picó, sin embargo, el representante más
prestigioso del institucionalismo fue Rafael Altamira, que fue profesor en el Instituto
de Alicante entre 1890-1898. En esta época el sistema educativo en la provincia
mostraba muchas carencias como son la insuficiencia de escuelas, la falta de
locales adecuados, y las elevadas deudas de los municipios con los profesores y las
escuelas. Esta situación cambió a finales del siglo XIX, con la apertura de más
escuelas, que aún así no tenían una buena situación. Destacan la Escuela-Jardín
“Altamira” (1912) y el colegio “Primo de Rivera” que intentaba aplicar algunas de las
ideas de la ILE con el contacto de los alumnos con la naturaleza. Los maestros/as
utilizaban la prensa como método de denuncia por las malas condiciones en las que
se encontraba la educación y para reclamar un mayor prestigio. La iniciativa
educativa más interesante fue la Escuela Modelo creada en 1987 por el pastor
protestante Francisco Albricias, convirtiéndose en el colegio más prestigioso de la
ciudad por su carácter innovador y su tolerancia religiosa, puesto que las clases de
religión no eran obligatorias.
En suma, al final de la Restauración la enseñanza arrojaba un balance muy penoso.
El 1931, el Régimen Republicano emprendió un programa de reformas, en el que,
por primera vez, el Estado asumió la enseñanza como una de sus principales
obligaciones. Se buscaba la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos,
por lo que se apostaba por una escuela que fuese unificada, en la que tanto niños
como niñas eran iguales ante la educación, la cual estuviese libre de prejuicios y
dogmatismos. Otro punto importante fue el bilingüismo, ya que la introducción del
valenciano en las escuelas no fue respaldado por las autoridades. La solución para
reducir el analfabetismo fue modernizar y mejorar las condiciones materiales de la
Enseñanza a través de innovaciones pedagógicas que ya estaban vigentes en
Europa, multiplicándose los fondos destinados a la educación. Por una parte, los
maestros y maestras que ya ejercían como tal, se realizaron diversos cursillos y
semanas pedagógicas con el fin de difundir las nuevas teorías educativas. Por otra,
El Ministerio intentó luchar contra los sueldos bajos y las diferentes categorías y
salarios, incrementándose estos. En resumen, la política educativa republicana
consiguió que la sociedad se implicase en la educación, interesándose cada vez
más en ella.