Page 275 - CONFLICTO DEL ATLANTICO SUR E ISLAS MALVINAS
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“MIS VIVENCIAS EN EL CONFLICTO DEL ATLANTICO SUR E ISLAS MALVINAS 1982”
                  Conjunto  de  las  Fuerzas  Armadas  Argentinas  el  día
                  viernes 8 de marzo de 1985.
                  Su comando perduró hasta el día martes 11 de julio de
                  1989, cuando Ernesto Horacio Crespo fue pasado a retiro.
                  En  su  lugar,  el  presidente  Menem  nombró  al  brigadier
                  mayor  José  Antonio  Juliá,  quien  inmediatamente  fue
                  ascendido a la jerarquía de brigadier general.
                  Recordemos que la Fuerza Aérea Sur fue el componente
                  aéreo  primordial  de  la  guerra.  A  fines  del  año  1981,  el
                  Comando  Aéreo  Estratégico  (CAE)  había  finalizado  la
                  actualización del planeamiento de la FAA para el marco
                  regional. El mencionado planeamiento no contemplaba el
                  caso Malvinas, pues la FAA desconocía (diciembre 1981)
                  totalmente la existencia de una alternativa militar para este
                  conflicto.
                  Con  el  propósito  de  motorizar  el  planeamiento
                  contribuyente, el CAE elaboró entonces una Directiva que
                  establecía  la  constitución  de  los  comandos  de  FAA  y
                  Bases Aéreas Militares creados para la defensa aérea del
                  país.
                  En lo que se refiere a la Fuerza Aérea Sur (FAS) como
                  veíamos  se  designó  comandante  de  dicha  fuerza  al
                  brigadier Horacio Ernesto Crespo, jefe del Estado Mayor
                  de la FAS al brigadier Luis Guillermo Castellano y jefe del
                  Dpto. Operaciones A-3 al comodoro José Antonio Juliá.
                  (Ver  texto descripto sobre la FAS el 05 abril página 26)
                  El 29 de abril, en previsión de un probable ataque masivo
                  a la BAM Malvinas; se mantenían a la orden del CIC, para
                  tareas  de  reconocimiento  ofensivo  y  ataque  a  objetivos
                  terrestres, especialmente, para repeler cualquier intento de
                  desembarco por parte de las fuerzas de asalto de la Task
                  Force.
                  El resto de los aviones de la FAA permanecieron en sus
                  asientos de paz, listos para producir los reemplazos que
                  fuesen necesarios.
                  El comandante de la FAS debió enfrentar una relación con
                  otros comandos colaterales que se iría tornando tanto más
                  difícil cuanto que los límites de su teatro de operaciones se

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