Page 174 - En El Patio Flip Book
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Arlette Pichardo Muñiz
Libros de gramática y manuales de urbanidad, que alguien escribe para que otras personas lean. Mapas, constituciones, tratados y otros instrumentos de naturaleza jurídico-institucional, que también alguien escribe y no necesariamente para que otras personas lo lean. Estar escri- tos les insufla vida propia. El derecho moderno confiere firmeza el principio del derecho ro- mano, ignorantia iuris non excusat (la ignorancia no es excusa para no cumplir con la ley).
La escritura va más allá de ser un referente de la memoria, busca “moldear” a la cognición, a la transformación de un “modo de pensar”. La escritura se inventa para elaborar listas, de ahí las tablas y las gráficas estadísticas y otras formas e imágenes para la presentación de con- tenidos. Una domesticación del pensamiento salvaje por medio de la “razón gráfica”, como le llama Goody (1985).
El mundo de la escritura, a diferencia del mundo de la oralidad, es analítico, exacto, inmovil y visual, caracterísiticas éstas con consecuencias en el ejercicio del poder. Como sucede en la práctica policial e incluso en la judicial, hasta tanto se demuestre inocencia, hay consideración de ser culpable.
Las palabras se las lleva el viento, lo que queda escrito engrosa expedientes, convirtiéndose en sustrato material para la emisión de juicios. Papelitos hablan, reza un decir popular...
La interacción entre las personas, sus agrupaciones y asociaciones, depende en gran me- dida del lenguaje, en todas sus manifestaciones, que convoca a las personas en las seme- janzas y hace que se entiendan o des-entiendan en las diferencias, en sentido literal.
El lenguaje es posibilidad de devenir en persona humana (Morin, 1981/1977; Bohm, 1988/1980). En interrelación concurrente y recurrente con otras personas que hacen legítima la con/vivencia, “la capacidad de percibirse de darse cuenta de sí misma, la autoaceptación y la aceptación de la otra persona” (Maturana, 2003, p. 118). No es una coincidencia que la Epistemología de la Complejidad pone al lenguaje en el centro de la indagación (Maturana 1995; Bohm, 1988/1980; Bohm y Peat, 1988/1987, entre otros). Y, no podía ser diferente, la diferencia entre los seres humanos la hace la comunicación. Los demás seres cuentan con formas de interacción más simples.
La inteligencia humana piensa con palabras, hace planes con palabras, se comunica con palabras (Marina, 2015). Y, también, aprende con palabras. Las palabras son acción y poder, el poder de seducir por medio del logos, la razón. Solamente hay que trasladarse en el tiempo a las asambleas ciudadanas en la polis (la ciudad) en la antigua Grecia. En el presente, a los mecanismos participativos del accionar de la Política Social y otras políticas.
Las palabras están preñadas de significados existenciales dice Boff que advierten los filósofos: “en ellas, los seres humanos han acumulado innumerables experiencias, positivas y negativas, experiencias de búsqueda, de encuentro, de certeza, de perplejidad y de inmersión en el ser” (2002/1999, p. 72).
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