Page 7 - Comunidades 4
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Hay varios aspectos del discurso sobre los que se puede discutir. Por ejemplo, asumir la administración del estado en el mismo tono asistencialista de las administraciones anteriores. Uno podría decir que alrededor del 60% de las medidas expuestas por el primer ministro tiene ese sesgo, lo que traduce que todavía se marcha a tientas. Se sigue por ahora la inercia de las políticas de los gobiernos anteriores, sin una idea genuina de rumbo productivo innovador que ponga el sello andino a las políticas del nuevo gobierno.
Como hacer que el gobierno deje de ser el centro del asistencialismo organizado a escala nacional. Cómo hacer que la maquinaria burocrática del estado sea la trampa mayor para que las políticas de gobierno sean exitosas. Como apuntalar el despegue productivo del país. En fin, como reformar el estado. Como hacer que la descentralización no sean solo cifras de reparto presupuestario y se convierta en verdaderas autonomías y capacidades de gobierno descentralizado.
Incluso como hacer para contar con una Constitución, de ser el caso nueva, que elimine los infortunados
“candados” colocados por los agentes del capital transnacional, que operan contra el interés nacional y ponen al país a merced de las fuerzas externas que succionan el esfuerzo nacional y los recursos de la Pachamama.
Bellido tiene en claro que el gobierno de Castillo no puede ser la continuidad de los gobiernos anteriores ni una copia de modelos de otros países. El desafío al que se encuentra es entonces enorme, y todo indica que el programa que ha propuesto en el Congreso es un punto de inicio considerable, pero de por sí insuficiente para marcar la diferencia.
“Nuestra gestión no pretende ser la continuidad de gobiernos anteriores, ni tampoco intenta copiar modelos adoptados en otros países. Nuestra principal aspiración es lograr, de forma democrática, cambios importantes en la estructura estatal y económica. Cambios que permitan a la población encarar el inicio del tercer siglo republicano de un modo diferente a lo que ha sido este país para la mayoría de sus ciudadanos: una sociedad desigual, centralista, elitista y profundamente excluyente.”
 Nuestra gestión no pretende ser la continuidad de gobiernos anteriores, ni tampoco intenta copiar modelos adoptados en otros países. Nuestra principal aspiración es lograr, de forma democrática, cambios importantes en la estructura estatal y económica. Cambios que permitan a la población encarar el inicio del tercer siglo republicano de un modo diferente a lo que ha sido este país para la mayoría de sus ciudadanos: una sociedad desigual, centralista, elitista y profundamente excluyente.”
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