Page 10 - Ebook | Amanda la niña traviesa | 2020 Editorial HL
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Editorial HL | Literatura Moderna




                  —Escuche maestra directora—.  Le dije  para terminar la  conversación, pues Mónica me
                  esperaba  detrás  de  la  puerta.  —Ambos  chicos  son  jóvenes  consientes  y  yo  estoy  muy
                  aburrido para meterme en estas cosas, así que solo te diré a ti chico, que tienes mucha
                  suerte de estar vivo, en serio mucha suerte porque no conoces del todo a mi hija.
                  —Si la conozco—, me interrumpió el muchacho.

                  —No del todo hijo— Le seguí diciendo. —Debes considerar que si decides seguir con ella
                  corres varios riesgos. Tu madre tiene razón en lo que dijo. No diré más.
                  Amanda te traerá problemas. Pero no de mi parte.

                  Y bueno, hija—. Mire entonces a Amanda. —Tampoco a ti te diré más. Te debo tu libertad y
                  todo lo que hagas, lo apoyaré. Ya me conoces—.

                  Y bueno, queridos lectores, quisiera no haberles dicho eso a aquellos jóvenes, pero ya su
                  destino estaba sellado. Yo sabía que tenía que dejar las cosas seguir su curso.

                  Segundos  después,  salí  de  la  oficina  y  hablé  con  Mónica  dejando  las  cosas  bien  claras,
                  definitivamente, sin hablar ya del pasado para no manchar la historia, le dejé en claro los
                  motivos  por  los  cuales  su  hijo  no  debería  estar  con  mi  hija,  diciéndole  también
                  explícitamente que a pesar de eso yo no detendría a Amanda en nada de lo que mi hija
                  hiciera para poder estar con su hijo Hank, justificando que no era problema mío que ellos
                  se hubieran encontrado y enamorado precisamente el uno del otro.

                  Así me despedí de ella sin más comentarios ni comentarios opuestos a los míos de parte de
                  ella y nos despedimos. Salí del campus, mire a los grupos de estudiantes de allá para acá y
                  recordé viejos tiempos con la pandilla de mi generación, así que camine un rato a solas por
                  ahí lamentando la situación que se había presentado y de repente recordé el reloj y me fui
                  al consultorio para atender mi cita de la tarde.

                  Ya en la noche, mientras escuchaba música, llegó Amanda, muy contenta, diciendo que se
                  había reconciliado con Hank y que a pesar de los golpes estaban bien. Me sonrió. Y yo le
                  sonreí...




























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